Saturday, March 07, 2009

Roberto Manzano Díaz, en camino de la poesía




Esas lecturas que no dejamos, sino que volvemos a ellas;
esto me sucede muy a menudo, y he vuelto a otra lectura de ENCAMINISMO,
(Premio Silvestre de Balboa, 2004), del poeta cubano Roberto Manzano,
quien en forma tan gentil me lo obsequió en mi viaje a La Habana, en Diciembre de 2005. Luego hice una nota
en Ojo de Buho que coordino en la página web
http://www.arteliteral.com/, dirigida por Carlos Yusti desde Venezuela. Hoy,
les traigo un poema del libro Synergos (1999), inserto en el poemario que he
mencionado al principio. Se trata del Canto:


GUSTO DE VER SOBRE LA MESA ciertas frutas agrupadas
como pétalos, pues ellas saturan los ojos, ávidos del color
diverso de la vida;
pero me gusta más ver tu mirada de semilla, tus manos en
mis manos, palpar con mis yemas el ritmo intermedio de tus senos;
sentir el roce de la hermosa fruta de tu vientre, curvada y promisoria,
ese geoide fascinante que ofrece tu sintura;
tu vientre equidista de todo, distribuye arquitecturas
deliciosas, centralidad del mundo, Macchu Pichu del cielo;
desde tu vientre parten expediciones invisibles,
los cordeles espumosos de la gracia, los fósforos fragantes
del fervor;
en tu vientre canta la espiral de tu ombligo, cenote de Liliput,
moneda cóncava, ojo primario de la vida;
tu vientre se clausura arriba, se ciñe contra tus vísceras
hasta que es una faja y un gozne de movida elocuencia;
la piel de tu vientre es como una pulida sortija,
como una transparencia de caracol rosado, como un paladar celeste;
hacia arriba tu vientre es solidario y se prolonga
en dos colinas estrábicas hacia donde corre ansiosa la boca;
hacia abajo tu vientre se abre desde el abejeo oscurecido
del pubis en dos litorales donde demorar los labios;
tu vientre es un blando cosechero, todo lo coordina
y expande hacia la edificación soterrada del hijo;
tu vientre zarandea al planeta, como un péndulo líquido,
gira sobre los arranques rítmicos de la entrega;
tu vientre crece hacia los costados con la misma voluntad
de las guayabas, con la misma amplitud de los cometas;
a tu vientre me echo, bajo tus manos de gladiolo, para oir
como un indio qué bisontes de ternura trae el horizonte.






Sunday, March 01, 2009

Del libro: LA CASA SIN PUERTAS


"... y sepulta una llave bajo el ácido musgo
del olvido.
Detrás queda una casa en donde su memoria
será sombra y relámpago".
Olga Orozco.


A: Odette Alonso Yodú, María Viviana Pinto, Dinapiera Di Donato;
esta casa de los poetas y amigos. Teresa Coraspe.



MORADAS.


De las casas que habité
sólo tengo fragmentos de recuerdos
¡fueron muchas!

Así mi infancia fue fraccionada por las tantas mudanzas
Pero hay una casa
que se repite en los sueños
quizás porque en ella viví por siete años
y en las noches viene a visitarme poblada de fantasmas

Yo la voy reconstruyendo habitación por habitación
sin omitir ni una puerta o ventana (siquiera)

Pero de todas esas casas/
la verdadera es ésta donde habito leo y pienso
y donde los hijos y la infancia dejó huellas profundas


con árboles

y flores

y el verde

los pájaros

y las risas

y el llanto/

se sientan a la mesa como quien va a misa cotidianamente
Esta casa y las demás casas fragmentadas
son pedazos de vida dejados por ahí
a la par de los días

Y en muchas noches cuando duermo
vuelvo con la llave a la cerradura
que abro con suma facilidad
para habitar en silencio esa casa que se repite
y se niega a ser olvidada
Y la encuentro ocupada
con los mismos muebles que una vez existieron
sólo que voces misteriosas me asustan

Quizás son las nuestras
que se quedaron grabadas
en el interior de sus muros
y que la ausencia vuelve extrañas

Por eso mi penúltima casa
la cuido y acaricio porque es la morada de este cuerpo
que un día dejará de ser
Yo la miro largamente para darle vida
y que palpite como una lámpara encendida a medianoche
una casa donde el sol se las ingenia para entrar
y acurrucarse en silencio en todos sus rincones
y llenarla de luz como un cáliz venido desde lejos.

16.12.97