Tuesday, February 28, 2012




Seis tesis sobre Marx y la sociedad del conocimiento

Ángel Américo Fernández *


Tesis I

Sostengo sencillamente que cualquier tentativa de fundar un proyecto político en el marxismo no puede ser exonerado de una contrastación a fondo de la obra máxima de Marx El Capital con el orden fáctico que representa el postcapitalismo imbricado a la nueva sociedad del conocimiento y la irrupción de formas comunicacionales inéditas que marcan una huella especial en la condición de los saberes. Afirmo sin ambigüedades que la obra de Marx no es el vehículo idóneo para navegar en las claves del presente.

Tesis II
El punto de anclaje de Marx es la noción de valor como “sustancia” sintetizado en que las mercancías tienen un valor absoluto y el trabajo es la substancia de ese valor. Sin embargo, la economía de la sociedad moderna muestra que Marx pasó por alto el valor relativo que implica una condición de no-dependencia del trabajo, en la medida que hace intervenir otros factores como la escasez, la demanda, el tiempo y hasta las expectativas de los sujetos económicos. Así, es exorcizado el fantasma sustancialista y se impone la realidad de que el valor se constituye en el mercado. Pero además, la sociedad posmoderna integra un nuevo invitado a la fiesta del valor: el conocimiento.


Tesis III
La investigación teórica de Marx operaba dentro de un paradigma físico del trabajo, una actividad humana que se realizaba dentro de un determinado tiempo, que podía ser medida en “cantidades” y que finalmente se congelaba o cristalizaba en distintas mercancías. Digámoslo rápido para abreviar comentarios: La concepción fisicalista del trabajo no explica absolutamente nada de la sociedad de hoy en día porque no puede dar cuenta de que el crecimiento exponencial del conocimiento es la principal fuente de capital. El conocimiento introduce un paradigma distinto y una nueva perspectiva para pensar lo económico. Ergo, la materia intangible “el conocimiento” estaba ausente del esquema de Marx y ello deja en la picota su teoría del valor-trabajo.


Tesis IV

Proudhon dijo: “la propiedad es un robo” y Marx se lo creyó. A partir de aquí se explican sus denodados esfuerzos por demostrar que el capital es trabajo expropiado. Más, la sociedad posmoderna, la de la telemática y de la información no es la de la plusvalía sino la del valor agregado y es claro que la principal fuente de éste no es el trabajo sino el conocimiento. El concepto de “valor agregado” hace referencia a los bienes intangibles, a cierta condensación de materia gris que rebasan con creces cualquier intento de equipararlo con los viejos conceptos de la economía clásica expuestos en El Capital. Ese valor rebasa las coordenadas de “lo económico” y hunde sus tentáculos rizomáticos en las esferas de lo cultural y lo epistemológico en cuanto implica cambios sustantivos en el sistema-mundo y en los modos de los sujetos relacionarse con él. Marx satanizó el capital. La sociedad posmoderna se ha encargado de que por los entresijos del capital se filtre el rostro de ángel del conocimiento.

Tesis V
Un bien como el conocimiento complejo de la sociedades telemáticas posmodernizadas no es reducible a cantidades de trabajo ni a la lógica del valor de uso. El conocimiento no sirve sólo para satisfacer una necesidad cualquiera como el pan, la electricidad o, incluso la fuerza de trabajo. El conocimiento sirve para transformar la sociedad, para mejorar nuestra visión del mundo y comprensión del universo. Si esto es así, mucho más evidente y complejo se hace en el campo de los descubrimientos (conocimiento científico) y en el de los inventos o aplicaciones (tecnología). Un invento como la computadora, el Internet, las comunicaciones en redes, la microelectrónica, entre otros, no sólo satisfacen una necesidad sino que se expanden en progresión infinita abriendo nuevos territorios y horizontes hacia el futuro. “El medio es el mensaje” es más que una metáfora. Revela que la huella va más allá del contenido, que se trata de la emergencia de un nuevo agenciamiento cultural e intersubjetivo que se filtra incluso por los recodos más íntimos de la vida.
Tesis VI
Ya no se puede pensar la sociedad en términos redondos de valores cuantitativos, trabajo y revoluciones obreras. El esquema “físico” de Marx naufraga frente a la torre de la sociedad del conocimiento. El metarrelato de la revolución entra en franco declive ante la emergencia de un nuevo ethos que fecunda distintos “juegos de lenguaje” y entroniza como condición del saber una “pragmática de las partículas lingüísticas” (Lyotard).

*Epistemólogo. Profesor de postgrado