Saturday, September 29, 2007

Del libro: Para que el silencio no se instale en su trono.


Poema de Teresa Coraspe

De raigambre solitaria es mi mundo
el que te piensa y sueña a cada instante de este silencio
que no termina nunca y se afianza bajo la dinastía del pez que bebe sangre

Todos estamos cabizbajos / listos para hincar la rodilla en tierra

Un temor se instala por dentro y rompe el hechizo
de tu nombre / Un Dios infame y cruel se posesionó de cada aire
y nadie ya respira porque el miedo se sienta a la mesa día a día
los malhechores se reúnen y enfilan los anzuelos los dientes del mastín
y aguardan la presa con sus colmillos afilados

Andamos mudos temerosos Ellos y nosotros
un paredón sin lengua recorre las aguas salpicadas de ignominia
Bendigo a quien sepa rezar o prender velas y lámparas
para que los bandidos prueben el amargo licor que sirven

Trato de contar la historia que crece como hiedra y duele

Escucha que encienden los cielos y la tierra escucha:
el mar es una negra cruz anclada en el horizonte
los barcos han naufragado ante el temblor de las espadas
Ël camina con su Bota encima del cuello de un niño
acabado de nacer no tiene escrúpulos
Recorre sin tregua el amoroso abrazo del homicida
Sus voces se confunden un lazo infernal los ata
Es la reunión de los demonios que andan sueltos
Ellos los marcados realizan tertulias
bajo el conjuro de la muerte han dictaminado este silencio:

el que hable

Ciudad Bolívar,Martes, 30 de agosto, 2005

El olvidado Sartre, Carlos Yusti, Venezuela.-




EL OLVIDADO SARTRE


Cuando era adolescente "La Náusea" se convirtió para mí en un símbolo, en un paradigma de protesta capital. Mal comprendida en su momento, por supuesto, pero que innegablemente resultó como un puñetazo directo a mis sentidos, una luz que iluminaba el túnel de mi juventud gris y desapasionada. Luego de leer esa novela Jean Paul Sartre fue un escritor al que era necesario seguirle la pista, rastrearlo a través de sus piezas teatrales, sus libros filosóficos, sus ensayos literarios, conferencias y ese desmedido afán, que colindaba con el vedettismo más descarado, de hacer coincidir su vida con los preceptos (o recetas) libertarias que pregonaba y sus posiciones de pensador desfachatado, bastante a contracorriente.

Además de su portentosa obra, estaba su vida ruidosa, llena de manifestaciones, pancartas y graffitis, que marcó de manera definitiva, por espacio de 40 años, el ambiente cultural y político de Francia y el mundo. O sea con Sartre el escritor y pensador desvió su mirada de los libros para fijarlos en el mundo, desde ese momento la responsabilidad del escritor con su entorno social dejó de ser un mito para convertirse en un hecho soluble y cotidiano. Lo escrito por Francisco Umbral es poéticamente exacto: "Sartre no ha tenido mucho futuro. Más bien ha sido olvidado, desconocido, para las generaciones sucesivas, que han visto en él a un moralista, a un predicador, el gran pensador de una causa, el sovietismo/estalinismo, que hoy está perdida.

Jean-Paul Sartre, empero, es para nosotros el último pensador que usa como herramienta la literatura. La literatura es quizá la más profunda forma de conocimiento, pero los pensadores de después de Sartre, como los estructuralistas, Derrida, Lacan, Baudrillard, etc. (con la excepción jubilosa de Roland Barthes), se han enfangado en un pensamiento tecnológico que no es sólo pedantería, sino también coquetería, una manera culta y ambigua de no definirse ideológicamente, incluso de rechazar toda definición. En este sentido digo que Sartre (y Camus, aquel Bogart de las ideas) es el último pensador literario, ensayista/artista.

En Jean Paul Sartre confluyeron el literato, el filosofo y el intelectual comprometido, sin mencionar al relacionista público y al afiebrado polígamo, con una vida sexual rocambolesca. Sartre en vida cumplió con todos sus roles con la misma intensa capacidad. Como literato su obra marea por lo abundante: novela, libros de cuentos, memorias, ensayos críticos, obras teatrales y guiones de cine.

Sus obras capitales en filosofía son "El ser y la nada" y "Crítica de la razón dialéctica". Como hombre público estuvo al lado de los manifestantes, vivió a media calle repartiendo el periódico "Combat", en las aulas universitarias estuvo haciendo digresiones sobre el mundo, la metafísica y el ser. Era incansable. En todo momento estuvo alerta y siempre dispuesto a participar como ciudadano, animal político e intelectual. Todo revuelto y sin delimitaciones de ninguna naturaleza.

Juan Nuño observó con oportuna claridad, que detrás de ese Sartre notorio, especie de vedette pública (o debo escribir púbica) del pensamiento, de ese Sartre enamoradizo y holgado de tiempo para amar y dar la cara ante los requerimientos políticos, sociales o culturales del día, estaba un Sartre bituminoso y tenaz. Verdadera máquina humana de la escritura, quien recurría a las anfetaminas para no detener su trabajo de escritura, la cual se prolongaba por días, noches y semanas enteras. Y claro con toda esa actividad militante de pensador pragmático, de enamorado braguetero, que encamó a una buena porción de estudiantes, amas de casas, señoras del jet-set o el cine y una que otra cabeza loca que pululaba por los ghettos de la liberación femenina, el amor libre, las del sexo con neuronas (estilo Simone Beauvoi) y en esa tónica, no podía ser de otra manera: la droga como motor y empuje para el trabajo intelectual.

Trabajo de escritura, por otra parte, a destajo, y que en su conjunto parece no responder a ningún patrón, convirtiéndose en una forma contundente para desechar una vida normal apegada a los horarios, a las reglas domésticas del amor o a los parámetros ortodoxos de la lucha política.

Su activismo político (su rechazo al Nobel de literatura) no era más que una altisonante proclama de hagoloquemedelagana, no era otra cosa que una manera abierta de restregarles en sus narices a los literatos de salón y a los filósofos de la oficialidad su desprecio por lo subjetivo, lo neutro; su repulsa por todos aquellos pelmas eruditos que intentan elevarse por encima del hombre común y de las contingencias cotidianas, haciendo gala de un espíritu cultivado en la arrogancia y el intelecto sin otro norte que la aula universitaria y la silla de la academia.

Después de Sartre los oficios de escritor y filósofo dejaron de ser actividades inocentes y rumiantes (por aquello de vacas sagradas) distanciadas del mundo ordinario para devenir en una toma de partido que dejaba al descubierto todo la peligrosidad que puede significar eso de pensar, o escribir, al servicio de lo humano en todos sus estratos.

En lo particular me ha resultado siempre más tolerable el Sartre dramaturgo y el Sartre ensayista. El primero ha puesto en escena más que un tema, trabajado por actores, todo una filosofía, todo un engranaje de problemas filosóficos y éticos. Estas frases de Sartre, citadas por Riu en su libro, son más que ilustrativas a este respecto: "...Lo más emocionante que el teatro puede mostrar es un carácter en proceso de realización, el momento de la elección, de la libre decisión que compromete una moral y toda una vida". Sus piezas teatrales como "Las moscas", "A puerta cerrada", "Las manos sucias", "Los secuestradores de Altona" y "La puta respetuosa" fueron en su momento obras que gozaron de enorme éxito.

El Sartre ensayista es fascinante porque sus trabajos en este género son verdaderos monstruos, en cuanto a densidad y extensión: "San Genet, comediante y mártir" y "El idiota de la familia". Libros en los cuales Sartre despliega una elástica y variada gama conceptual donde, con impecable estilo literario, va construyendo un aparataje filosófico bastante alejado del ensayo literario cómodo, amanerado y manso confeccionado con los lugares comunes del pensar académico. En el libro "El idiota de la familia", Flaubert es un pretexto para abordar ese drama de la creación literaria y en un escrito de más novecientas páginas Sartre apenas esboza una introducción sobre el maniático torturado escritor de "Madame Bovary".

En su otro kilométrico ensayo Jean Genet, un ladrón, presidario y homosexual, trasmutado en escritor, dramaturgo y poeta , le sirve a Sartre para una extensa e imbricada disertación sobre el mal y la santidad desde una óptica irreverente, lúdica y por momentos poética.

El viaje en el tiempo para los escritores no pasa en vano. Muchos se quedan en los anaqueles polvorientos del olvido. Algunos conocen épocas de vigencias inesperadas y otros sufren eclipses irremediables luego de un rutilante y luminoso protagonismo. Sartre pertenece a esta última categoría: su vida y su obra fueron intensas. Ningún otro escritor como Sartre, salvo Voltaire, ha conocido protagonismo más exagerado y vapuleado. En vida todas las instituciones querían tenerlo como conferencista, en la mayoría de las universidades del mundo sus pensamientos y sus escritos eran material obligado de estudio. No haber leído a Sartre era asunto bochornoso.

Hoy, sin embargo, en esta transición postmoderna Sartre resulta un poco descosido, un tanto aburridón, bodrio intelectual inleible. Octavio Paz y Juan Nuño saldaron cuentas con él hace largo rato. Féderico Riu le dedicó un libro impecable. Bueno, pues, si que hoy se lee más lo escrito sobre Sartre que a Sartre mismo.

Luego de una descollante figuración la fama de Sartre ha colapsado. El entusiasmo hacia su obra ha mermado bastante y pronto, quizá debido a que se convirtió en un clásico insepulto, en un clásico vivo antes incluso de haber sido publicado por la prestigiosa editorial "La Pléide". Santiago Kavadloff ha escrito: "Se distingue, así mismo, el clásico por su condición de precursor. Es él quien por primera vez expresa su tiempo en un estilo; no éste o aquel aspecto de su tiempo, sino todo su tiempo. En una palabra y en forma exhaustiva, su época se torna estrictamente inteligible. El clásico bautiza su hora, la nombra primigeniamente, como nadie hasta él, la plasma, traza su órbita ideológica, define sus modalidades, descubre sus propensiones, señala fracasos, enuncia logros. Es él quien recorta verbalmente sus fronteras éticas, sociales, metafísica y sicológicas".

Se vuelve siempre a los clásicos del pensamiento porque su obra de alguna manera puede servir para explicar nuestro momento histórico. La obra de Sartre, en este saldo postmoderno, reaccionario y apático, tiene poco que ofrecer. Sin embargo, como están las cosas a Sartre le esperan futuros y rutilantes despertares.

Wednesday, September 26, 2007

Horacio Cabrera Sifontes, un recuerdo siempre.


HORACIO CABRERA SIFONTES O LA QUERENCIA DE GUAYANA.

Por Teresa Coraspe


Perfiles.


En el patio, reflexionando sobre la vida, su brevedad y el tiempo, ese que iba cada día mareándole su huella implacable sobre el rostro, pero jamás su brillante inteligencia; en esos momentos adelgazados por la nostalgia, pensaba que cuando él se fuera ese espacio desocupado por su presencia física, iba a dejar honda huella en el alma. Y reflexionando también sobre su última etapa vital, dedicada con una verdadera creencia
y vehemencia, a una determinada política, y volviendo, a interrogarme una y otra vez en las mismas y reiteradas reflexiones, concluía: que él y su obra no necesitaban sino sólo del inagotable fluir de sus ideas. Y luego, en nuestras innumerables conversaciones, obviamos siempre, los
temas que pudieran dejar hendidura en nuestra amistad, y cada uno, por respeto al otro, evadía.



El caballero Don Horacio.



Don Horacio era un caballero con un toque de formalidad inglesa: yo recuerdo, cuando le hacía una invitación ( casi siempre por teléfono), él preguntaba inmediatamente: ¿A qué hora es? - a las siete, Don Horacio. Al verme llegar al lugar previsto, miraba el reloj y me decía: ¡Qué sentido de la responsabilidad! Has llegado tarde, son las siete y cinco minutos, por lo tanto llevo cinco minutos esperándote. Y este
reclamo no era en broma. Exigía puntualidad y exactitud, porque no estaba dentro de sus conceptos el irrespeto al tiempo de los demás, y por supuesto, de su tiempo, porque era un trabajador incansable: leía e investigaba sin cesar, en esa casa que era su mundo, su rincón, su buhardilla, como en forma inolvidable nos habla Bachelard, en su Poética del Espacio.



Su obra, su saber.

En su extensa obra no está implícito todo lo que él pudo, como pensador y crítico, dejar a la posteridad. Su saber tenía la profundidad interna, no el "sí mismo" de Haidegger, sino hacia todo lo que lo rodeaba, y por supuesto, la vida y la obra de los hombres, los sucesos históricos. Su sabiduría quedó sólo en el recuerdo de su conversación, y que no llevó íntegra a su literatura, porque prefirió la anécdota, el estilo de fácil lectura, como una manera de querer comunicar con detalles, los episodios casi todos biográficos y autobiográficos que le dan un perfil inconfundible a su obra.

Uno de los filósofos a quien más leyó fue a F. Hegel, quizás por su tesis de que "la historia universal se desenvuelve en el terreno del espíritu". Falacias absolutas para Don Horacio. En realidad su devoción fue para: "el más grande historiador de todos los tiempos: Will Durant", a quien releía constantemente y eran sus libros de cabecera. La obra de este autor en esa Biblioteca que reconstruyo en la memoria, está completamente subrayada y con anotaciones personales de aceptación o negación. Voy a referirme a algunos subrayados: le tenía una acérrima adversión a los homosexuales como a la homosexualidad en sí, tanto como al cristianismo y todo lo que tenía que ver o se parecía a religión. Era ateo confeso, pero un ateísmo sincero, sin máscaras y con todo el irrespeto posible. No he conocido personalmente a ningún otro ser más rofundamente convencido de que Dios no existe. Justamente, su libro EL PROFETA ENOCH, nos tiene mucho que decir a este respecto, porque Don Horacio no creía en mitos, ni en cuentos de fantasmas y aparecidos. Se planteaba una realidad concreta basada en el conocimiento científico.
Yo no sé si alguna vez vaciló (aunque no lo creo), entre la razón y algo más allá de la razón y de todo razonamiento posible, porque el ser humano busca, casi siempre, sumergirse entre sus propias contradicciones. Y no solamente en El Profeta Enoch, en toda su obra queda marcado su ateísmo y repulsión hacia el homosexual. Cuando Will Durant nos refiere la historia de Grecia y Roma y describe los personajes como Alejandro Magno, Sócrates y otros, inmediatamente Don Horacio hacía un asterisco o llamado a pié de página: "su mancebo", "maricón", "otro maricón", como para reafirmar: este también lo era... Y era tanta la pasión por los Tomos de Will Durant, que una espléndia mañana de otro Domingo, en que regularmente iba a mi casa, y por supuesto, no podía faltar una taza de café, se le ocurrió que yo debía leer a W. Durant, y con una regularidad ritualista me fue llevando los tomos uno por uno. A veces me llamaba por teléfono para preguntarme: ¿por dónde vas? y yo: no, aún no, Don Horacio, pero si viene, venga sólo por el café. Es que tienes ( me decía) , que terminar ese Tomo, para llevarte el siguiente. Fue así como de ese gesto maravilloso e inolvidable fui a Grecia, Roma, Egipto, la India etc. En la palabra de Will Durant , su Dios.

Aparte de su obra, en las diversas entrevistas para las páginas literarias que dirigí y una muy particular entrevista sobre la poesía en Guayana, destacó a Matías Carrasco, el verdadero, de quien tomó el pseudónimo el Matías Carrasco que todos conocemos. No creía en absoluto en los poetas, menos en los de ahora, y muchísimo menos en los espacios en blanco, que es el margen propio de todo poema en verso. Se burlaba por esto y me decía: "que manía de desperdiciar el papel". Le gustaban sólo textos de Herrera y Reisig de quien me leía sonetos para decirme: ¡Esto sí es poesía!. Sin embargo se ufanaba de haberle escrito un poema, (cuando sólo tenía quince años), a la reina de su Liceo.

En diciembre pasado, cuando el bautizo de mi libro: TANTA NADA PARA TANTO INFIERNO, en la dedicatoria ( que no imaginé fuera la última), escribí: "A Don Horacio, aunque no le gusten mis poemas y sus espacios en blanco, pero lo importante es que lo quiero más que el carajo..."


Justamente, dos semanas antes de irse por los senderos más altos, estuvo en la Librería Kuai-Mare (donde yo trabajaba), para decirme: "Quiero que publiques este soneto en tu Página "Ojo de Buho", dedicado a nuestra excelsa poeta de protéico numen y fama universal: Jean Aristeguieta. Un soneto ( cacha e´ palo) que me arrancaron sus estrofas exhibidas en mármol, en la Plaza de Guasipati, su pueblo"

Esta fue la última vez que lo vi, pero escuché su voz airada por teléfono para hacerme un reclamo por errores de impresión, que él imaginó eran correcciones que yo le había hecho a su texto. Le expliqué que en el Diario no había quien corrigiera los originales y guardó silencio, no muy convencido, por cierto.

Esa fue una manera muy particular de despedirse. Una semana después, ante la desesperación de imaginarse que podía quedar impedido para proseguir su brillante trayectoria, no le tembló el pulso para ponerle fin a su vida, como tampoco le tembló jamás en sus innumerables cacerías por la selva de Guayana.
(Publicado en la web: www.elsalvajerefinado.com
En la página VÉRTICE DEL CÍRCULO, dirigida por la autora.

Poemas cotidianos, Juan Guerrero (Venezuela)


Juan Guerrero: Filólogo, docente universitario, graduado en Letras, maestría en educación, estudios de postgrado en Literatura y Cultura Italianas. Articulista de opinión, ensayista,diseñador de encartes literarios. Residenciado en Pto. Ordaz, Estado Bolívar, Venezuela.



AGONÍA

Yo que moriré irremediablente

derrotado en la medianoche
hasta siempre
dejo en cada piel mi humedad
este vicio del erótico aullido en tu costado
herido como animal
agónico
gesticulando nombres ya olvidados
años cuando fui intensidad
temblando en sangre
fiebre y alcohol
oloroso a semen mientras te encimabas
este dolor de habitar la vida
sollozando mientras pronuncio palabras de amor
soledad lacerante que a ratos
cubres con tus besos
y sin embargo
no sé quién eres
perdí tu rostro entre tantos rostros
tu gemido tiene esa ausencia de siempre
grito desesperado entre mis manos

Esperanza

mientras espero la muerte aprendí a masturbarme
deambular por mi apartamento en las madrugadas
silencioso
aprendí el lenguaje del hombre solo
la dicha del secreto lejano
mientras espero la muerte aprendí a pensarte
saber que existes en algún lugar
que vienes de un mismo kinder
donde descubrí el brillo del amor en tu mirada
mientras espero la muerte aprendí a recorrer tu cuerpo
conté cada poro y conocí tu olor vaginal
almizclado entre perfumes
tu poder y tu gloria
soy desde entonces un derrotado en los orgasmos

mientras espero la muerte aprendí el lenguaje de los pájaros
la libertad de un azulejo
la alegría de loros y guacamayas en tardes guayanesas
abril queda cerca en la memoria
a un paso está mayo
y al borde del año se acerca junio y su solsticio
entonces la vida es pura lluvia
luna de plata
mientras espero la muerte aprendí a soñar con esta vida
irracional
extraña y humana
hombres temerosos y astutos
que huyen de su muerte

Magia de la palabra


sólo tus labios saben del dolor y del placer
pero callas
encerrada detrás de tus dientes
tu lengua guarda el sabor de la palabra amor
la densidad del tono al pronunciarla
música exquisita y vibrante
de un dios erótico y carnavalesco
dímelo
lanza tu palabra y rasga mi piel
penétrame con tu vagina
que se abre en flor carnívora
y lasciva
este silencio tan lacerante
tensión de tu rostro
orgásmico
aquietado entre mis manos.

www.papelesagua.blogspot.com




Tuesday, September 25, 2007

POEMAS DE DANIEL MONTOLY, (Rep. Dominicana)





PÁJAROS DE LA TEMPRANA EDAD
A éstos jubilados les sobra plata
pero les escasea el cerebro.
Se levantan temprano
van a la iglesia
en lujosos automóviles
a rezar por miedo
de irse pronto.
Salen de caza
por los anticuarios,
buscan viejos caprichos
de La Belle Époque
o del Art deco.
Un negrito de cerámica
para colocarlo entre rosas
y petunias en el patio
Una negra bonachona y gorda
para la cocina
como en los viejos tiempos.
Pero finalizando el día
van por la medicina
y la comida al grocery.*
Es cuando recastan del Alzheimer
sus tarjetas de descuentos.

Daniel Montoly©*
Supermercado
Delaware, Ohio, 2007


LIBERTINO

Me siento nacido para el ocio
-Publio Ovidio Nasón-
Traducción de José María Álvarez


Al rozar la bondad del deseo
Mi boca reniega De la moral
Y sólo se pliega
Al dogma De los vicios.
Fumo de tu imagen
Lo necesario
Para sentirte cerca
Y así, dormido
En tus senos...
Despierto Al ocio
Y al semen de las botellas.

Daniel Montoly©


CANCIÓN FUERA DE TONO

Llámame maricón.
Id por ahí y decid
a todos,que me nacen alas
en el culo.
Poco me importa
cuántos soles mueren al anochecer.
Después de todo,
soy sólo yo, y mi mundo.



-Canción de un gay católico-

A Eduardo Haro Ibars y Edras Parra


Mamá,
yo soy un puto,
me gusta besar
las nubes rosas
hacerle el amor
a las estrellas
con ganas
de hombre joven.

Mamá,
tu hijo viste colores alucinantes,
usa brassiers
con montañas dentro
y enmallados cherry
que traslucen
muchas preguntas
abofeteadas por el tiempo.

Mamá,
voy por las calles,
y silbo relámpagos
a ojos hipócritas
con mi talismán
hecho de hipérboles
peligrosas.

Me gritan:
pájaro,mariposilla, joto, pato, y puto,
olvidan mamá, olvidan,
que soy poeta
e hijo tuyo.

Daniel Montoly©



DIÁLOGO CON LA MUJER DEL HOMBRE LOBO

Negarás en voz
lo que tu cuerpo
quiere afirmar a gritos.
Y de veras, no te comprendo,
o al menos no entiendo
a las que como tú, gritan
tan sólo
al cambiar de lunas.

Daniel Montoly©



HIGH
Ésta jeringa chupa más
que el legado de Drácula..
Oye, baby, que no sé mentirte
cuando pones esa cara
arrugada, y lloras,y ruegas que no te deje
a mediocamino,
porque te sientes "high".
Ahí, en la cima, y alcanzas
al ver la luz detrás
del par de tenis Chuck Taylor,
el ruido de la tele,
la voz inquieta del vecino
gritando: "estarán locos,van a quebrar el piso".
Entonces, te beso fuerte,
y creo,que somos dos torpedos
teledirigidos por la muerte.

Daniel Montoly©


MEMORIA DE UN CANIVAL


Los gritos son accesibles
al sentido de la palabra.

-Terapia de choque-
A Oliverio Girondo


Pégales.
Abúsalas.
Sacúdelas.
Sácales
el jugo.
Déjalas querellarse,
no hay otro más que tú
para escuchar sus gritos.
Sedúcelas.
Córtalas en trozos.
Comételas y pásalas de duda
por el recto
que sobra
tiempo.
Punto y coma.
Daniel Montoly©

Monday, September 24, 2007

Milagros Mata Gil, escritora venezolana

ACERCA DE POR QUÉ NO APOYO EL PROCESO


Milagros Mata Gil/ CI 4596170

Revisando ayer algunos cuadernos anteriores al 97, donde estaban los manuscritos de reflexiones y artículos de opinión sobre situaciones y acontecimientos de la época, me preguntaba qué había sucedido en mí, qué fenómeno fisiológico, o lógico, había producido que todo eso en lo que yo creyera y que con tanto ahínco defendiera, fuera ahora, apenas una década después, una posición de hace 180 grados en la circunferencia del pensamiento. Según esos papeles, yo debería estar aliada al proceso, y ser una de las más apasionadas seguidoras de Chávez. Porque crecí leyendo Así se templó el acero, y el Curso de Filosofía de Politzer, y hasta a Marx, Lenin y Engels, bajo la estricta supervisión moral e intelectual de la Juventud Comunista de entonces. Y hasta los ingleses naturalistas de fines del siglo XIX me eran familiares y yo, su adepta.
¿Qué pasó?
Es verdad que muchos de los que fuimos entonces tuvimos que incorporarnos a la vida cotidiana y resolver lo doméstico, por lo que el trabajo en las dignas profesiones que escogimos y que nos proporcionó indiscutiblemente el cuerpo de gobiernos democráticos que ahora llaman, peyorativamente, la Cuarta República, nos proporcionó un nivel de existencia sin angustias, al que no sólo terminamos adaptándonos, sino que nos hizo olvidarnos de que alrededor nuestro crecía una población de cultura inclasificable, resentida e inconforme por lo que era una injusta distribución de la riqueza generada por el país y administrada por el Estado. Es cierto que mayoritariamente olvidamos el hecho de que esos conciudadanos estaban reproduciéndose entre nosotros. Y algunos de nosotros sólo caímos en cuenta de ese hecho durante los sucesos de Febrero, cuando los saqueos y la gente desbordada en las calles y los muertos, nos permitieron percibir que la sociedad había cambiado y que comenzaba la invasión de los bárbaros.
Creo que en 1995, por poner una fecha, escuché las profecías de un predicador evangélico, Jorge Raskin. Todo aquel desbordamiento, aquella violencia, aquella persecución, correspondían a un país que me era totalmente desconocido y que ni en mis más hiperbólicas pesadillas sociales podría ser llamado Venezuela. Si debo seguir las pautas de la fe, Raskin profetizaba en nombre de Dios. Si asumo la lógica aristotélica, Raskin había analizado lo anterior y lo posterior al golpe de estado de Febrero del 92 y había sacado sus conclusiones de una manera muy inteligente.
De cualquier forma, ya en la primera parte de los años 90 se estaban gestando los huevecillos de una eclosión que finalmente nos mostró el rostro. Aquellos individuos gordos, desdentados, armados y con un lenguaje que no era exactamente el español clásico que aparecieron en Noviembre del 92, enunciando el mensaje de una rebelión popular, eran precisamente la expresión de lo que habíamos estado evadiendo y que ya no era posible evadir. Pero los dirigentes políticos entraron al torrente electoral sin tener claros los signos, creyendo que con eventos como el enjusticiamiento de los corruptos, la expulsión de los partidos de los secuaces y algunos cambios en su retórica, iban a detener el alud que se veía.
Entonces, muchos intelectuales y muchos ciudadanos llenos aún de la fe que yo había tenido, se fueron nucleando en torno al Chávez preso, en torno a su entorno carcelístico: los que juraron ante el Samán. Y otros, como yo, tomamos una considerable distancia: algunos, geográficamente. Otros, académicamente.
Lo demás es historia conocida aún. Algún día, ya dejarán de recordarla y como la historia la escriben los vencedores, tendremos a los hijos de los Libertadores entrando a las ciudades entre el entusiasmo del pueblo que los aclamaba.
Aceptemos, en otro sentido, que PDVSA se había transformado en una de las más grandes y eficientes empresas del mundo entero. Pero los que estábamos del lado de afuera del portón entendíamos que era una empresa capitalista cuyos dividendos eran para reinversión y que el Estado tenía que conformarse con los impuestos, mientras dentro de las entrañas empresariales se cometían, con la resignada anuencia de muchos de los que hoy se dan golpes de pecho y se dicen revolucionarios comunistas, todas las clases de abusos y transacciones extrañas con el dinero que, de aceptar el texto de la Ley, pertenecía a todos los venezolanos.
Aceptemos también que las Fuerzas Armadas, solamente en contadas ocasiones, como el de la masacre de Los Changurriales, en Cantaura, o su intervención en los saqueos de Febrero, eran vistas con cierto desdén por la clase media venezolana, entidad innombrada hasta ahora en este texto, que había crecido y se había desarrollado desde la década de los 70.
Venezuela, entonces, no era un paraíso. Pero estábamos lejos de ser el infierno.
Y ahora, vuelvo al asunto inicial: ¿por qué no apoyo el proceso? Precisamente porque se parece a otra literatura: al proceso de Kafka, al Gran Hermano, de Orwell, a la rebelión en la granja.
En 1998, viajé a Cuba por última vez, y lo que vi y oí, no me gustó. Todas esas cosas que se llaman: culto a la personalidad, restricciones a la libertad de pensamiento y expresión, empoderamiento de dinastías, en un nepotismo sin disimulo, niños sometidos a un endoctrinamiento calculado para convertirlos en militantes y soldados y una pobreza de la gente que no dejaban ver a los turistas, me hicieron entender de una vez y por todas lo que ya la caída de Muro de Berlín y el desbaratamiento de la Unión Soviética me habían mostrado. El socialismo, a menos que se realizara en una isla rodeada de tiburones, es un sistema fracasado, igual o más corrupto que el capitalismo, con una miseria exterior y otra, interior, que transformaba a cada ser humano en un necesariamente seguidor de los postulados del (y que) marxismo-leninismo, o en un hipócrita con tendencia desmedida a la avaricia y la gula.
A los catorce años, me enviaron de Ciudad Bolívar a San Félix en una misión: llevar armas y uniformes militares a alguien a quien no conocía. No contaré las incidencias de ese viaje, porque son irrelevantes. Sólo diré que yo era una niña y estaba siendo utilizada, como muchos otros más, por personajes que luego-luego me encontré como dueños de negocios productivos.
Hoy, pienso en mis nietos.
Este Proyecto de Reforma de Constitución es apenas el principio de la instauración de un sistema distinto al que nos habíamos acostumbrado, que coartará nuestras libertades hasta donde les sea posible. Ya se está produciendo la situación que integra a aquellos excluidos que nosotros obviamos. Pero por encima de los excluidos continúa produciéndose el gran negocio de los dirigentes políticos y los gobernantes. Además, la sociedad está girando de tal forma que muy pronto los excluidos seremos los que anteriormente estábamos en el establishment nacional: los profesionales, los intelectuales, la clase media. Y a los excluidos que ahora se incluyen les dan las migajas del banquete, que, mal administradas y peor manejadas, son fuente de conflictos en las comunidades. Salvo, por supuesto, algunos casos.
Ayer leí en aporrea.org una crítica anónima donde se listan los nombres de escritores que son publicados con dineros de la revolución y del proceso. No soy tan ingenua como para no entender lo que significa. Mi nombre aparece en esa lista y no me asusta eso, sino la confusión que se producirá, que se está produciendo, entre la posibilidad de crear y pensar libremente y el extremo de vernos obligados a crear y pensar bajo el criterio de hombres que tienen los reaños de exigir la monocordio y la sumisión a seres cuyo máximo atributo es la libertad de albedrío que Dios nos otorgó. Seres que citan a Simón Rodríguez, pero ignoran seguramente que el pensamiento de Rodríguez se fundamenta en El Contrato Social, de Juan Jacobo Rousseau: los hombres todos hemos nacido libres e iguales ante Dios y ante las leyes. Lo peor del asunto es que los buenos, los militantes del proceso, se beneficiaron y bien beneficiados con las becas y los viajes y las publicaciones y las exposiciones de la Cuarta República.
Creo que por eso no puedo aprobar este proceso. Porque me irrita que me impongan a un señor hablando cinco horas, intertextualizando el discurso político con el exhibicionismo del histrión y del cantor callejero, o con los cuentos de su infancia. Porque me molesta recorrer los mercados para finalmente tener que hacer una cola espantosa para conseguir leche, o azúcar. Porque sé que aún se venden los puestos de trabajo en la industria petrolera, aderezados con el compromiso de participar en actividades del gobierno. Porque quieren encorralar a todo el mundo en un Partido Único, inhibiendo la posibilidad de disentir. Porque yo soy libre y quiero seguir siéndolo y quiero que mis nietos tengan libertad. Porque no he visto cambios sustanciales en la calidad de vida de los venezolanos y sí he visto el surgimiento de los resentimientos, las venganzas burocráticas, el relieve de todo lo feo de la humanidad y el amontonamiento de todo lo bello, lo estético y lo sagrado.


El Tigre, 21 de Septiembre del 2007

Thursday, September 20, 2007

Del libro: Vuelvo con mis huesos

Debo partir. Renunciar a un tiempo
que siempre me perteneció
dejar este espacio de sal
destrozar la estridencia de las horas
despersonalizarme
ahora debo ir desnuda
para que las bestias me descuartizen

es su festín
voy a inmolarme.
teresa coraspe

Wednesday, September 19, 2007

LAS DIFICULTADES DEL AMOR, Roberto Bianchi, Uruguay.

LAS DIFICULTADES DEL AMOR


difícil el amor cuando uno ama tanto
que no concibe espirales en los tubos de tinta
árboles que nazcan en botellas
ínfimas redes que confinen las flores
distancias como endemoniadas
y brazos atados por detrás

difícil el amor cuando uno ama las ventanas
y aborrece las vacilaciones
cuando sabe que ama a quien circula entre fantasmas
de otros años otros desmayos otras decisiones

difícil cuando se recibe a diario una promesa
y una nueva estrategia de estar vivo se cuela entre los ojos
porque uno no ama tanto por ser bueno
porque el amor le desborde el universo

uno ama sin saber de la ética
ni de deportes con el sexo
ni siquiera de tiempo porque es tarde
para aprender lo que ya no se supo
en el momento de inhalar primavera

por lo tanto que te amo
permíteme que te sienta
donde estés como sea
en la puerta sin vidrio
en la acequia de un desesperado anteayer

permíteme mirarte cuando nadie me vea
introducir la mano entre tu duendes


Y hablando de duendes, creo que llegó uno ahora y
colocó un título sin previo aviso; quizás para reforzar
la presencia del poeta ,que siempre viene a este blog a compartir
el vino de la amistad y por eso brindo, y por supuesto por su poesía,
que es depurada y cálida; precisa y directa: un decir que nos llega.
TC.

Roberto Bianchi, siempre desde aqui

Monday, September 17, 2007

Carteles de una puta triste, otros poemas.

Del libro :Carteles de una puta triste, (sin terminar).
Puedes encontrar la primera parte de los Carteles, revisando este blog.

EL JUEGO al brujo.

Entro a los cafés
miro la gente que se sienta a la mesa
enciendo un cigarrillo
observo el humo deslizarse
pido una copa más
Pienso que irás de la mano
con una chica de Pekín
por las calles de Ohio o Nueva York
Me envuelvo en el susurro de tu voz
cuando te masturbas en las madrugadas
esa manía que tienes de enloquecer
mis sentidos
y hacerme perder la razón
mientras me entrego a tu juego.

8 y 10 de Sept. 2007

Yo
la otra
poso mi boca
sobre tus rodillas
la subo lentamente
mientras tomas mi rostro
y lo colocas allí
donde te da la gana
en ese lugar que es maleable
y se modifica
al vaivén del deseo.
13.9.2007

teresa coraspe, Ciudad Bolívar.

Sunday, September 16, 2007

Hay gente que nos hace el amor por detrás, (tomado de www.enfocarte.com)

Poema de: BELÉN REYES


Hay gente que nos hace el amor por detrás

Que no da la cara.

No quieren pagar impuestos
-no declaran-
Sólo invierten en su ego.
Y de vez en cuando llaman,
(limpian el polvo que echaron)
¿Qué tal estás, cómo andas?.
Si te intuyen un temblor,

Un te quiero, una mirada,
Rápidamente se escapan.
Hay gente que hace el amor
Con la pared de su casa.

*Belén Reyes nace en Madrid en 1964.Poeta y narradora, ha publicado: Desnatada (Torremozas, 1992, con prólogo de Gloria Fuertes y Ángela Serna) , Fotodrama de mujer (Torremozas, 1997), La carta (Plaza & Janés, 1999) y Ponerle un bozal al corazón (prólogo de Cristina Peri Rossi) y Atrévete a olvidarme (Prólogo de Julia Otxoa).Sus poemas y relatos han sido antologados en Ellas también cuentan, Lo del amor es un cuento, Mi vida es mía, Aldea Poética II, Milenio (Ultimísima poesía española), Quinta del 63 y Lavapiés. Dirige www.cabrasola.com.

Tuesday, September 11, 2007

Estudio con algo de tedio, ROQUE DALTON, El Salvador.

Enviado por un lector de Artesanías Argentinas: www.artesanias.argentina.co.il


“Clov: –llora… Hamm: –Luego vive”.
(Diálogo de “Fin de Partida”, Beckett)

Tengo quince años y lloro por las noches.
Yo sé que ello no es en manera alguna peculiar
y que antes bien hay otras cosas en el mundo
más apropiadas para decíroslas cantando.

Sin embargo hoy he bebido vino por primera vez
y me he quedado desnudo en mis habitaciones para sorber la tarde
hecha minúsculos pedazos
por el reloj.

Pensar a solas duele. No hay nadie a quien golpear. No hay nadie
a quien dejar piadosamente perdonado.

Está uno y su cara. Uno y su cara
de santón farsante.

Surge la cicatriz que nadie ha visto nunca,
el gesto que escondemos todo el día,
el perfil insepulto que nos hará llorar y hundirnos
el día en que lo sepan todo las buenas gentes
y nos retiren el amor y el saludo hasta los pájaros.

Tengo quince años de cansarme
y lloro por las noches para fingir que vivo.

En ocasiones, cansado de las lágrimas,
hasta sueño que vivo.

Puede ser que vosotros no entendáis lo que son estas cosas.

Os habla, más que yo, mi primer vino mientras la piel que
sufro bebe sombra…

Roque Dalton García
EL Salvador.

Tuesday, September 04, 2007

Es que cuando yo vaya no habrá lunas

VINO ROTO


"es que cuando yo vaya
no habrá lunas". t.c

Sírveme otra mesero
una sola no basta para saciar este olvido
que tengo de mí de los otros

esos que llenan el bolso con los sueños
que van regando en el camino
Distancias que laceran
al posar mis labios sedientos
en ese torbellino de gotas deliciosas
por donde me pierdo
para inventar que me abrazas
así como esta copa se aferra entre mis manos
y llevo hasta mi boca
copa de vino debajo de la luna
en el mesón tendido de la vida
embriaguez metafísica
que disuelve el amor gota a gota
bebiéndose él mismo diluyéndose
botella vacía que se va pero no quiere irse
se queda con la noche de silencio y hastío
delirio del cristal sobre la copa rota
amándose.
teresa coraspe
1º de Septiembre, 2007, Ciudad Bolívar, Venezuela

Saturday, September 01, 2007

Roberto Bianchi, desde Uruguay, una voz que no cesa.

SPUTNIK

El Sputnik, primer satélite artificial de la tierra, cumple 50 años en octubre.

se pudo llamar princesa primero principal prisma pirámide previo panorama
se llamó como sus padres prefirieron: camarada
minúsculo girador
luna de artificio
invento que hiciera trepidar nuestros sueños tan jóvenes

entonces prometían girar en torno al universo
satisfechos creadores humanos
de una eternidad lumínica

tendríamos así ventanas de ultracosmos
veloces instrumentos decodificadores de otros idiomas celestes

sonidos de algún dios tan distraído
que olvidó conocernos

hacernos sentir hijos de algo
en vez de gusanitos suicidas
depredadores
antojadizos pregoneros de la farsa

no seríamos ya víctimas de invasiones extraplanetarias
ni de destrucciones perennes en cada ángulo de la postración

prometían
prometían
algunos más menos creíamos
otros menos más
sospechábamos de lo perfecto
o soñábamos perfeccionar lo sospechoso

y en las antípodas del experimento
los que siempre supieron saben sabrán
cómo envolvernos
con preciosísimos papeles de colores
cintas de regalo primorosas
se preparaban para recibir el vuelo del Sputnik
en sus compuertas de mercado

ah los sueños parpadeados
las todavía insepultas llamaradas
los huesos aturdidos
todos en cola de aquel satélite irredento
precursor al de Laika consumida de miedo

tenemos universo unipolar tan merecido
halcones de asalto en las células torturadas
espantos en cada dentadura
como para habitar feroces la maleza
desesperar el hambre y sus abismos
desconocer la infancia cosmonauta

Roberto Bianchi, Brasilia, 30 de Agosto de 2007