Tuesday, August 17, 2010

CINCO RAZONES DE UN BLOGUER


Por Luis Felipe Rojas


Llevaba semanas intentando un pretexto para esta explicación de hoy. Mi colega Miriam Celaya me ha dado, como decimos los guajiros cubanos, “el pie forzado”. Creo que lo hice una vez, en mi anterior bitácora. Aunque ahora mismo me temo que si otros colegas de la blogósfera alternativa y libre se deciden a explicar qué hacen para postear sus textos e imágenes, terminaremos finalmente dándole las brújulas a la Contra Inteligencia Militar (G2). Pero como “el que no la debe, no la teme”, allá va eso. UNO. Me sirvo de un alma caritativa que decide de vez en cuando al mes copiar mis textos desde el exterior, el dinero que ella dedica a las llamadas internacionales no le permite recibir mi dictado más allá de los tres minutos. Por eso también lo de las trescientas palabras. DOS. Envío fotos al azar, a mansalva, a diestra y siniestra y como los represores son cada vez menos originales, por lo menos en el Oriente del país, casi siempre reprimen a la misma gente, de modo que cuando apalean a Caridad Caballero Batista, Rolando Rodríguez Lobaina o Idalmis Núñez en Santiago de Cuba, hace ya meses quizás que he enviado sus fotos al ciberespacio. A veces doy en el blanco y reporto a sólo setenta y dos horas del suceso, todo un privilegio. TRES. Con esto sí que no puedo. No denuncio para polemizar, revelo las imágenes, los nombres de los violadores “para que la pena lo(s) convierta”, al decir de Martí. Un día serán señalados por el dedo acusador del más normal de los ciudadanos y valdrá la pena tener una Constitución, verán que sí, sean pacientes. No contesto a insultos ni provocaciones. Soy un poeta y actor de teatro callejero: es decir, un provocador por excelencia. Me basta con soltar esta piara de trompetazos para revolver un poco el panal. Entre mis normas éticas y de urbanidad está incluido no ofender a nadie, jamás lo haré, estoy seguro. CUATRO. Esta bitácora está partida en tres pedazos: uno me pertenece a mí por ser el autor intelectual de ella, aquí van mis berrinches y mis dudas; la otra es de mis buenos administradores, gente paciente y dulce como me las merecía hace tiempo y por portarme mal no daba con ellas o no lo merecía por entonces, pero ahí están, prestos a servirme cada día, y la tercera es de ustedes, mis lectores y mis amigos. De modo que todos tienen derecho, a darme aliento o a amenazarme con ‘partirle la cara en dos’ como ya dijo alguien. Sírvanse de ella a partes iguales, no se fajen. CINCO. A veces recorro más de 200kms para ver la bitácora en un cibercafé. Desde San Germán no hay menos distancia donde pueda verme on line. ¿Es premio o castigo? No sé, pero me siento un tipo tremendo cuando salgo por la puerta de un hotel con un pedazo de mi blog en una memory flash recién pescada en esa mar revuelta de la patria universal que es la Internet. Por tanto, tienen que creerme, estos sacrificios son por mis hijos: un día podré contarles sin sonrojo lo poco que hice. Lo hago por la paciencia de la buena de mi Exilda, que reza todas las noches “porque las bestias no se vuelva a meter en el jardín” (SIC), y lo hago por ustedes: de aquí a unos años, cuando compilen estos residuos podrán ver el rostro de un hombre que tuvo miedo muchas veces, pero el deseo de ser un hombre libre superó todos los desasosiegos.

Gracias.

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El pensar desde la hamaca


Poema de teresa




Había humo y voces fuertes, ruido
me acerqué y estabas de espaldas
un vaso entre tus manos
me alejé anteS de que voltearas
tuve miedo y no sé a qué
cuando ví que salías
salí corriendo y me oculté
una vieja escultura de Rodin
me protegió de tu mirada
a medida que avanzabas
yo daba vueltas detrás de esa mole
que era la obra que me protegía
Al fin te alejaste lo suficiente
era plano el terreno quizás
un viejo parque abandonado
hojas de otoño entre marrón
y amarillas por el tiempo
circundaban tu paso
quise correr detrás de ti y llamarte
nunca escuchaste mi voz
al estar cerca y próxima alcanzarte
un negro abismo se abrió entre los dos
ví que te perdías a lo lejos
y ante mí ese vacío
por donde la tierra me llevaría
si daba un paso más.
17 de agosto, 2010, 11 y 30 am

Monday, August 16, 2010

CARLOS VITALE: EL TRIUNFO DE LA MUERTE


Por Delfina Acosta (Enviado por la autora)


Son los poemas de Carlos Vitale, densos y deseosos de su propia sangre que lo alimenta. Es que la muerte se come a sí misma según las predicciones de los cipreses. Sus consideraciones sobre el mundo son muy peculiares. Nada existe en forma plena, rumorosa, brillante y sudorosa de vida. La vida, la existencia misma no es confiable, a pesar de sus formas, de su abundancia y de sus colores. “Feliz del que quiere creer y cree. Esta victoria es una trampa”. dice un verso suyo, que habla de un despertar amargo del mundo. El autor de El triunfo en la muerte ha escrito unos versos que para muchos podrían resultar extraños. Hay una teoría de mutilación que sustenta la obra. No importan las hermosas flores de los caminillos que llevan a una campiña ni el aroma de los capullos, ni los colores de un paisaje que flamean ante los ojos del vate. Él es un poeta que pone el ojo en el defecto, en el sufrimiento, en esa voz de la desesperanza, en la piedra que choca contra la piedra. Entra con claridad de conceptos en las ideas existenciales. O sea que tiene conocimiento de la muerte y de la vida, al confrontarlas muda, calladamente, mientras el mundo se desliza. Carlos Vitale piensa en cuanto dice, pues el hecho de pensar es su manera de existir dentro de las palabras. Sus versos explican su postura filosófica y existencial ante los seres humanos, a quienes observa, algunas veces, como desde un barco ebrio. Sin embargo, repito que el poeta sobre cuya obra hago este pequeño comentario es un observador acabado y rotundo. Del lado de la sombra y de la muerte también hay mucha belleza, pues respira el río aliento de lo desconocido, de lo irreparable al son de las campanas de un pueblo. Al menos eso nos lo demuestra, magistralmente, Carlos Vitale. El universo existe relativamente para él. ¿Pero el hombre? ¿Qué pasa con el hombre? ¿Es raya, figuración, fragmento de locura para este poeta y escritor? ¿Es un elemento más del cosmos? ¿Es un ser que se fatiga en la búsqueda de la alegría? El autor de Descortesía del suicida, una obra ampliamente conocida, nos acerca a través de un lenguaje maduro, bien elaborado, el triunfo de los versos en un libro que debe ser leído.

El autor agradece cualquier comentario: carlos.vitale@yahoo.es


Alguien lloraba en el Camposanto de Pisa.

Sin embargo, las tumbas vacías de los muertos

guardaban la escoria de los vivos.

La muerte siempre triunfa.

Silencio del Camposanto y fuera.

En alguna parte alguien llora.


BREVE RESEÑA DEL AUTOR:

Carlos Vitale nació en Buenos Aires en 1953. Es licenciado en Filología Hispánica y Filología Italiana. Entre otros libros, ha publicado Unidad de lugar (Editorial Candaya, Barcelona, 2004), Fuera de casa (Emboscall Editorial, Vic, 2004) y Descortesía del suicida (Editorial Candaya, Barcelona, 2008). Asimismo ha traducido numerosos libros de poetas italianos: Dino Campana, Eugenio Montale, Giuseppe Ungaretti, Umberto Saba, Sandro Penna, etc. Reside en Barcelona desde 1981.
14 de Agosto de 2010 22:15
ABC/ digital










Thursday, August 12, 2010

Un poema de Teresa (sin destinatario)(Foto de Nancy Belgrave en el Hotel La Cumbre)




Ya te vi y cómo era que no pudiera verte
hombre mío del brazo con ella felices y riendo
cómo es que no te escondes si no puedes
y la verdad tiene el rostro de lo falso
Así me acomodo al juego de los naipes
negros como una noche negra y silenciosa
Y vuelvo a mirarte por encima de lo que
sólo es pensamiento y conjeturas
pero así es lo real que vives
lejos de la sombra que soy
y mi fantasma que deambula
aterido de frío entre penumbras
y silencio, hombre mío, perdido
para la estrecha cobertura de mis brazos
Dime cómo y cuánta es la espera
y qué he de esperar, hombre ocupado,
eternamente mío eternamente ocupado.

11 de agosto, 2010

Thursday, August 05, 2010

Roberto Bianchi, Uruguay, Finalista en el II Concurso Literario, El Mundo lleva Alas, que dirige y coordina el intelectual cubano: PPPSantiesteban.


letra incomunicada

escribes en mi voz cuando me integras
en tus otoñales circunstancias
escribes con tu mágico lenguaje
hecho de gestos y lunas rojizas
con tu costumbre de erizar la sombra
y descomponer las palabras
cambiar el cargo de la prueba
-perdona mi jurídico desliz-
y bendecirme finalmente en susurros

ah cuando escribes sobre mi piel
transcribes la soledad que padecemos
tu en tu panal de celdas agrietadas
yo en mi camisa triste

será que encubres el guiño de mi médula
que ya se acuna entre penúltimos respiros
o simplemente te defiendes
de mi barbarie


la absurda risa de la noche

si a nadie importan
mi voz ni mis zapatos
si continúo recibiendo mensajes
casi inanimados
tal vez me permute por un bostezo
y cierre el ramo de mis razones

no voy a hablar de tiempos
porque ya no es la hora
y porque todo indica
que he llegado tarde
a contagiarme de luces

así la absurda risa de la noche
que busca concentrarse en estrellas
que ya no relucirán como antes

si embargo
con el mayor optimismo
estoy dispuesto a las vitrinas
que me muestren ojos invisibles

es más duro llegar con los riñones
que pernoctar en las tinieblas

puedo ver a los que no se importan
de mi voz ni mis zapatos
colgando orejas
de los cables más altos
para escuchar sus ruidos terminales


El ruido del medio

a los poetas

I
Cuando leí Vallejo tenía diecisiete
cincuenta años después
le hundo mi diente.

Diluviaron sus letras
en mis uñas
este medio siglo.

II
Pongo al medio del libro
un boleto de ómnibus
en Montevideo
para marcar dados eternos

Los músicos peruanos
hacen equilibrio a mi costado.

De su canto
rueda un mundo roído.

III
Andar aquí no acepta planes
llueve aunque nadie lo pida
y el frío no tiene nada más
que calle abierta.

Como en París un jueves
Dios no ríe en esta latitud.


perdí un poema

no pude ya encontrarlo
revisé mis horribles archivos
mi escritorio desconfigurado
mis bolsos mis lamentos mis neblinas

anduve en cuatropatas rastreando entre los muebles
me agaché detrás de cada libro de cada caja cada
hice memoria como si fuera a dar examen
recompuse cada instante de los últimos cielos
y perdí mi poema
eso es un hecho
le pertenecía a otra serie que al faltarme
se va a quedar tan huérfana como si hubiese muerto

porque todo lo que allí decía se puso transparente
se vistió de olvido en la gama del violeta
ya no podré olvidar ese poema tan perdido
aunque desconozca lo que dijo


mensajeras

yo prefiero tus manos
porque por sobre todas las oscuridades
saben encontrar el calor de la llama encendida
profundizan el temblor del agua
asedian la transparencia de las gotas

yo prefiero tus manos alegres
cuando aplauden la página encontrada
se vinculan con antiguos recuerdos
aferran la llave de cada iniciación

tus manos que se azulan
mostrándome sus miedos
cuando necesitan batallar el día
perfumadas con glaciales esencias

yo prefiero tus manos
a toda la simetría del reloj
cuando aguja un minuto
opuesto de las horas

tus manos que cruzan la avenida lejana
modelando tu andar
acompañándote
deslizando tu nave solitaria

el mundo ofrece antorchas
borracheras
agudos despertares visionarios
el mundo tiene venas incendiadas
duelos y condenas
pobres conciertos tristes
de agotar la ternura

por eso entre fugaces mensajeras
yo prefiero las huellas de tus dedos
tatuándose en mi piel
como palomas


Roberto Bianchi