Sunday, December 24, 2006

Correspondencia a través de todos los espejos...

(Fragmentos de una carta de Dinapiera)

Apenas hoy logro distanciarme de los fantasmas de pérdidas que me rodean, para entrar en la literatura de tu carta. Y ya es muy tarde como para decirte que he escuchado a la poeta sin dejar de asustarme. A lo mejor querías solamente que anduviéramos, en las habitaciones contiguas, donde la casa seguiría en su rutina de recoger el zumo de las naranjas, poner la mesa, destilar un café para que regresara intacta la mañana.
Pero en los cuarto de al lado estaba una idéntica criatura que acariciaba los libros, esa forma de hablar con los muertos, como si en todas las habitaciones de la casa se repitiera la misma nervadura del desasosiego, el fracaso de las palabras para consolarnos de nosotros mismos. Una poeta arrinconada se repite a ciertas horas por todos los espejos. No te escribo para el preciosos blog, no quiero la mirada anónima de la bitácora público en el que a fin de cuentas no se asoma nadie pero que está en su botella de la red como en un museo para la sed de vampiros. No porque huya de esos parajes, sino porque es demasiado privado lo que pueda decirte, la manera como agradezco la vida de los ríos desde donde me has escrito.

En 1780, había luna, Dani...

Un poema de LOU.

Al principio del mundo
desde todos los comienzos
has existido, luna
Y Yün preparó incienso en tu nombre
en "la séptima noche de la séptima luna de aquel año"
Y ahora vienes conmigo
te miro entre blancas y volátiles nubes
que conversan entre sí
y no dejo de contemplar esa extraña belleza que posees
bajo este cielo
que en algún sitio
hace tiempo enrojeció la cintura de la serranía
y nada de lo que fue volvió a ser
¿Cuántos de los seres que andan también aquí
han alzado sus miradas para verte?
¡Cuánto se pierden y no lo saben!
Y vuelvo a mirarte vuelvo a recordar a Yün
los días en que vivió y fue amada
bajo tu luz cálida y quieta un día del año 1780
que no ha podido borrar la eternidad.

Epílogo:

Entonces, si encuentras flores
cómpralas en mi nombre... aún
no importa que no lo sepa nunca.

T.C. Ciudad Bolívar, Venezuela.

Saturday, December 23, 2006

Un 23 de Diciembre, otro; en algún lugar, en otra fecha.

POEMA: 23.12.2003
TERESA CORASPE

Caminaré con las manos entre los bolsillos
bajo la lluvia voy a recorrer las calles
hasta que cese la última gota

mientras

pensaré en La Habana (la vieja, la nueva )

¿importa acaso?
el habano que está sobre la mesa de noche
el amigo que se ha ido a Miami, New York o California
esto tampoco importa,( se ha ido)

Pero sí
los sueños
ilusiones caídas en simas de olvidos

el jardín secándose rama a rama
golondrinas muertas
pasos perdidos sobre mis labios yertos

y

Bécquer tañendo una lira olvidada
en un rincón de ollín

No tengo ramas ni jardines rojos
ni flores marchitas (siquiera)

Reconstruyo los olvidos uno a uno
como contar cabellos pegados
con gomas de mascar

Soy moldeable no soy moldeable
no sé qué soy

Soy , (creo) una mala interpretación de la naturaleza
una soledad insalvable
una metáfora perdida entre mar y viento
sueños en los caminos del tiempo

También soy una copa vacía
un alma que se incendia a sí misma
una vela en la nieve
alumbrada por los astros

Soy quien se bebe el infinito con los ojos
cirios apagados que brillan en la oscuridad
Soy una multitud de batallas en las noches del silencio
Soy todo esto y mucho más (quizás)
pero no. No soy eso que alguien pueda imaginar jamás.

23 de Diciembre, 2003 Ciudad Bolívar,(Poema)
23 de Diciembre, 2O05, Ciudad de La Habana
E-mail desde California, 23 de Diciembre, 2006

Tuesday, December 19, 2006

UN POEMA DE RAFAEL RATTIA.

¿DE QUÉ NOS SIRVE?

¿De qué nos sirve el plagio si nuestra única certeza
es la de ya estar muertos?
¿Por qué el denuedo y la ansiedad irresoluta de entendernos
si en el espejo en que nos reflejamos sólo vemos el cráneo
vacío de nuestros hermanos, otrora fachendosos, como nosotros mismos?
¿Para qué cortar la rosa y mutilar el rosal, si evocando su nombre, su fragancia, revive y se restaura en sus pistilos genésicos?
Bogando aguas arriba el cielo es un océano que mira hacia abajo queriendo ser líquida memoria.
La semilla que plantamos en una cálida esquina del Arca
Materna, se convirtió en pétrea evocación: las hórridas babas de / jerarcas que en el poder disecaron sus futuros que portaba / semillas decrépitas.
Este es el reino clausurado de una maternidad arrasada por los oscuros nubarrones de la desdicha.
En esta casa, sólo se habla bajo el signo de la retórica del silencio: el que hable es hombre muerto, reza una inscripción.
Tallada en las puertas del paraíso fluvial. Quien habla no come y viceversa. Nadie nos dijo que el futuro era esta estafa forrada de oropeles irresistibles, ataviada de optimismo demente. ¿Acaso advertimos desde la torre del vigía con la inutilidad del sueño interrumpido por lobos aullantes queriendo degollar nuestros hijos nonatos?.

UN E --MAIL QUE DICE OJO

RUSALCA FERNÁNDEZ (Ciudad Bolívar, Venezuela).

17 de diciembre de 2006

Hay e-mails de todo tipo y procedencias. Los suyos, e-mails de agua que desliza la piedra, evocación permanente, cántaros llenos a una temperatura de 36 grados bajo sombra y la danza melódica que esparce su ritual sobre los pasillos del piso 21, todas las mañanas en concierto para una sola voz. Después de tres días sin conexión, un ojo era frenar el diluvio de instrumentos que dialogan, y esa forma peculiar de mostrarse en cualquier foto reciente, entendiendo “que un retrato no es el recuerdo” ni una canción sobre la red invisible e inmirada que ineludible conecta para ¿”luego existir”? Ese otro hilo que desde París o Madrid decía: “Amada, tengo frío y estás distante, siénteme a tu lado...” suficiente presencia como para que viva la ausencia. Una colección de Renoir o la poesía japonesa de Li Po, era suficiente para refrescar la memoria; recrear la vida en la afinidad de los amarillos impresionistas, en las voluptuosas bañistas o un autoretrato de Van Gogh.

Tanto más, en los días plácidos de mar, en la ciudad empinada, a través del silencio en un taller donde todos oyen y nadie siente el esfuerzo por desapercibir tu amor intransferible, ignorado, callado, obviado, mutilado por un ojo sentenciando distancias, acallando la única voz de los conciertos, la sonrisa de un arpa en miniatura y los bajeles naufragados como presagio, en un cristal del piso 21. Imposible recobrar las voces por esa invisibilidad tecnológica, tan sólo por ello, porque eran voces de concierto, poesía traducida en góndolas, arcos, ríos y mares donde llega “el morir”, a decir del poeta inmigrante.

Desde entonces hay e-mails. Cartas globalizadas con toda la despersonalización que acompaña a una tecnología sin afectos, sin señas, sin muestras, sin roce: el indispensable roce para conectarse y “luego existir”. La dosis necesaria para que fluya la pasión guardada en cofres de recuerdo, en ecos de caracolas sobre remotos tiempos; ese olor a chocolate derramado y los campanarios de la memoria afectiva, con el flujo indispensable como para no conflictuar la cercanía – distante.

A las dos de la mañana, en la libertad de la noche y de los cuerpos que no tienen más que al tiempo como dueño, un e-mail vuelve a llegar sin ojos que indagan en la claridad de la pantalla de donde brota luz y amor. Nada puede ser oculto luego que el viento ha sido testigo de las miradas; besos profundos posados en las mieles que lo embriagan para siempre sin morir. Esta mañana, recibí otro e-mail, donde matas una vez más el ojo grande bajo cejas hermosas y pobladas que yo recuerdo vagamente. A través de ese ojo me has amado silenciosamente desde entonces. Yo callada e indistinta a ti, recuerdo tu voz de frío Parisino o Madrileño: “- Amada, por siempre, no estás, tengo frío, te amo” y he jurado que allí reside la transferencia virtual de tu presencia, sin mencionar cuando todavía has estado cerca, haciéndome dueña de tu tiempo íntegro, de tu vida, de tu mirada, de tu amor infinito como el amarillo de RENOIR y de la voluptuosas ganas de ser y estar a mi lado sin que nadie lo perciba; con tu irreverencia de grito al viento, “más grande que el universo físico entero”, decía Pascal.

Monday, December 18, 2006

El poema que encuentro este Diciembre...

TERESA CORASPE

Creo que estoy en una encrucijada
que no salgo de ella
que no sé qué hacer
que busco lo que no es
lo difícil lo imposible
Creo que caigo
me levanto y vuelvo a caer
siempre siempre indefinidamente

Alguien anda por ahí por ahi
me enredo tratando de huir
encuentro un círculo donde me oculto

y tomo consciencia que no tiene salida

Ciudad Bolívar, 18 de Dic. 2006

Jorge Bousoño González, desde La Habana

INCOHERENTES TRAZOS DE LA LOCURA


DELIRIO PRIMOGÉNITO

Soledad traviesa
osas esconderme los destellos
y aderezos de este amanecer


DELIRIO SECUNDARIO

cuando un sueño termina
se lleva consigo las alas

DELIRIO AL TERCIO

el tiempo, amigo furtivo
impone sus intervalos a la presencia

he de atrapar al instante entre las manos
apretarlo bien fuerte
para que no derrame su pasión


DELIRIO CUARTO

te quise
tanto como no había sido
así
como nunca volverá a ser

DELIRIO QUÍNTUPLE


allí estaré

de cresta en cresta
mar embravecido

al borde del magma
volcán erguido.



© Jorge Bousoño González
Ciudad de La Habana, Cuba
(3 al 15.12.2006)

Sunday, December 17, 2006

Un hombre: Bolívar; una mujer: Manuela Sáenz

Hoy fecha de la muerte del Libertador, el 17 de Diciembre, 1830.

Las más hermosas cartas de AMOR entre Manuela y Simón,
reeditadas por el Ministerio de la Cultura.(Venezuela)
Fundación Editorial el Perro y la Rana, 2006.

Soledad 10 de Septiembre de 1830,
Adorada Manuelita:

Tu conducta y la mía que estrechan nuestra relación
con el cúmulo de sensualidad que corre por tus venas
y las mías, le dan a esta pasión enfermiza, el desenfreno
de mis sentidos irritados por el mal que ha invadido ya mi
pobre humanidad. Y todo esfuerzo que consigo por el trajín
contínuo del trabajo intelectual y físico, casi desborda
en el vivo interés que me hace recordarte.

No te hagas esperar, ven por favor, te ruego, pues muero ahora
y sé que tú me piensas vivo.
Soy tuyo.
Bolívar.

Chuquisaca, a 8 de Febrero de 1826.

General Simón Bolívar.
Mi amor: yo me siento muy afligida por las circunstancias de
usted. No puedo más con mi pasión que lo venera a Ud. Ya conoce
mis sentimientos y todo lo que es para mí.

Me reanima el saberlo dentro de mi corazón. Lejos mi Libertador
no tengo ni descanso ni sosiego; sólo espanto de verme tan sola
sin mi amor de mi vida. Usted merece todo; yo se lo doy con mi
corazón que palpita al pronunciar su nombre.
Manuela
Que lo ama locamente.

(Cartas tomadas al azar y sólo seleccionadas por su brevedad).

Saturday, December 16, 2006

La nada que SOY (un poema de LOU)

SOY
Soy una marejada que deja el paso del huracán/
al abatirse sobre las rocas
Soy eso que no sé qué cosa es y lleva la cicatriz de la tristeza
Soy la tempestad que nunca cesa y el terrible aullar del viento/
sobre los escombros de una casa derruída
Soy el eco sin respuesta de las noches interminables/
Soy la interrogante que se repite a sí misma/
la negación constante que arrastra mis pasos
sobre la tierra/
Soy quien no se atreve a mirar sin temor el horizonte
la que acuna la descreencia entre los ojos
y busca el color de la mentira en cada palabra
que suele por azar encontrar en los confines del mundo.
Soy quien espera sin esperar nada
la que se engaña y se repite incansablemente
Soy el dolor de todas las ausencias
la que carece de sueños y mastica la hierba
con residuos de arena y piedra molida como siempre
Soy la que no sabe si el nombre que llevo es otra farsa
y de repente en cualquier momento pierda la noción
de saber que puedo atender un llamado
y descienda a los laberintos del vacío.
Soy eso y tantas cosas y no soy eso ni tantas
cosas, pero sí sé que Soy una interrogante
para tratar de descifrar la nada que Soy.

http://www.teresaeneltiempo.blogspot.com/
Ciudad Bolívar, 15 de octubre, 2006
LOU: teresacoraspe@gmail.com

Thursday, December 14, 2006

Otoño en Málaga (este Diciembre para la poesía)

Pablo García Baena
En: BABELIA – Madrid: 1 de Julio de 2006. (elpais.es).

HUÉSPED ligero el otoño llega
silencioso hasta Málaga. Yo rezo
por sus vendas benéficas de lluvia
fajando el dulce corazón maltrecho
del verano y su carne. Beso llamas
en las murientes hojas del recuerdo.
Adiós, fría glorieta. Sobre el banco
extiende octubre harapos verdinegros.
Caen frutos y pájaros. La niebla
cicatriza los besos.

Wednesday, December 13, 2006

José Alejandro Peña, en OJO DE BUHO.

Poética de los reflejos impares: hacia una constante búsqueda de la realidad


Muchos poetas hispanoamericanos (incluyendo a los de mi país) han hablado siempre con aliento de sabiduría sobre la constante búsqueda de la realidad. José Lezama Lima nos habla del gato que rodea con su cuerpo la bola de cristal puesta a rodar por Ezra Pound . Pound nos dice: yo os traje la bola de cristal, ¿quién la levantará? Octavio Paz (dos lúcidos corches, sus orejas) nos habla del tiempo rectilíneo y nos deja pensando en los ratones que se comen los libros y las pulgadas de pulgas en los cabellos de la venus y afirma que el poema es un hacer que es un decir... Pero no, el poema no es un decir ni es un hacer: el poema se resiste a ser lo que se hace para ser lo que se olvida de hacer y lo que no se dice nunca ni se dirá. ¿Buscar la realidad? ¿Buscarla dónde y para qué? ¿No nos basta con vivir cada momento de nuestras vidas con la conciencia de que lo que vivimos es real? ¿O pretendemos que hay otra realidad, aparte de la que ya conocemos, que, posiblemente, no pertenece a nadie, y está metida en unos de esos limbos de la conciencia exterior o interior del más allá, del aquí inagotable, del insaciable ahora preconcebido milagrosamente? Hemos buscado la realidad en Dante por todo el infierno, el purgatorio y el paraíso y todavía creemos que la hemos perdido de vista, con John Milton, la seguimos buscando desde antes, en los Vedas, en las acertadas conjeturas del Buda... ¿Descubrir la realidad para luego colonizarla, amurallarla? ¿Por qué no mejor hacerla pedazos ante los mil curiosos que se avecinan con más ojos que bocas? Sabemos que la realidad no hay que buscarla, ella está en todas partes y en todas las cosas que el hombre hace constantemente, día tras día. La realidad es el hombre mismo. El hombre hace la Historia a su propia imagen. Salir a buscar la realidad (como si se nos hubiera perdido) es algo cómico ¿no crees?. Como ejercicio, me puse también a buscarla, a nado, por los setos y por los pergaminos de las enciclopedias, por entre el medio de los grandes mercados cubiertos de porquería, de trozos de comida, de moscas y de fármacos, de sastres y de ángeles bizcos, de sardinas y de habichuelas cocidas con rabitos de salamandra, conchas de tortugas, en fin. La busqué tanto que volví, sin ningún resentimiento, a sentarme en mi hamaca y a meditar profundamente sobre la constante realidad de las cosas. Me dio un revoltijo en las tripas. Ya me dolían los dedos de pensar y me dolían las suelas de mis zapatos rotos de quedarme inmóvil, me dolía el dolor de saberme pensando en algo tan obvio, pero claro, esencial. Nadie puede escribir un poema sin realidad, aunque no se escriba el poema “realista” que pide el vulgo ni el poema “con pensamiento” que piden las momias del intelectualismo arcaico de estos días. El joyero trabaja su joya y no piensa en la realidad, para él, su trabajo es la joya, buscar y procurar el máximo de belleza en su joya: eso es la realidad. Carga su obra de especial energía hasta que ésta alcanza –para él- los atributos del mayor arte. Si la encuentra demasiado adornada, procurará, en un punto, moderar las exageraciones. Si la encuentra demasiado sencilla, procurará que esta sencillez, sea capaz de ser reflexionada y trabajada con tal destreza que pase como delito simple, como complicidad. Si todavía encuentra que tal sencillez es algo abultada, entonces, empezará por hacerla ligera, hasta que parezca tan natural como la sencillez de un riachuelo.
La constante búsqueda de la realidad le ha permito al hombre explorar el mundo de afuera. Ver desde el punto de afuera todo cuanto le rodea y le es particularmente importante y una vez habiéndose situado en ese mundo de afuera, comprende que no está afuera, que ese mundo está también adentro. La palabra dominante se llama participación: el hombre, el poeta, participa con el mundo en la creación del poema como en su destrucción. Quedan abolidos los modelos y el poeta autentico descubre que su aventura implica el desarraigo. Pero “desarraigo” de sí mismo y de todo. Ya no quiere buscar sino encontrar. Encuentra y su palabra se hace más tensa y más noble. Comprende que siempre ha estado fundido a su realidad y a la constante realidad de las cosas, que sus sensaciones le indican la forma de sus mejores pensamientos. “Pensar”, en poesía, es despojarse de los pensamientos del pasado y entrar a un tipo de pensamiento vacío como hace, por ejemplo, el águila o el cóndor. Cuando nace, el águila es arrojada al vacío: su instinto de supervivencia la hace equilibrarse en el aire, y volar. El poema es el pichón de águila que su creador arroja al vacío, no antes sin procurarle, suficiente fortaleza, y suficiente espacio y toda la soltura y altura que necesita, de ahí que se hable del vértigo no ya como sensación o malestar, sino como aventura y peligro.
Ahí empieza la realidad del poema: en el instinto humano de saberse vivo para la vida. Todo gran poeta empieza pensando qué hacer con los pensamientos que se le agolpan en las entrañas o en la mente. ¿Qué hacer con esto y con aquello? ¿Qué hacer hoy, que hacer mañana en este mundo decrépito? Justamente, vivir. Escribir. Pensar y limpiar la mente de todo pensamiento y prejuicio: la poesía no es solamente pensamiento, así como el pensamiento no es solamente pensamiento. Sentir la vida a cada momento a pulmón lleno, reflejar eso que la vida nos da constantemente y agradecer si está frío, por el frío; si está caliente, por el calor; si está claro, por toda la claridad, etc., etc., etc. Y volver otra vez a repensar el mundo participando en él, involucrándonos en todo lo que es y somos: un universo completo.
Dejemos que los filósofos se ocupen por darle forma al huevo: nosotros, los poetas, conocemos su esencia, intuimos el movimiento de las cosas. El filósofo se encarga por recoger evidencias de una cosa y de otra para ir comparando y sacando conclusiones: los poetas no sacamos conclusiones de nada, no nos importan las conclusiones ni las evidencias, sino los comienzos. Comparamos como quien mide el ancho de toda la tierra y volvemos a comparar la redondez de la tierra con la redondez de una manzana. No nos preocupa demasiado si la tierra es más pequeña o más grande: cabe lo mismo en un bolsillo de nuestra chaqueta. Y esto es lo que es hacer que algo sea, definitivamente, evidente.
Así nos damos cuenta que la realidad existe y que está ahí, delante de nosotros, porque podemos comparar una cosa con otra, y otra con ninguna y sabemos distinguir por qué es un pensamiento un pensamiento y por qué es contradictorio este pensamiento con otro, etc. Sabemos, intuimos, que el conocimiento nos hace inferiores o superiores a nuestro propio lenguaje, con lo cual se prueba, que la supuesta superioridad de un elemento sobre otro, es completamente relativa. Somos un mismo hombre y una misma mujer, hablamos (todos) lo mismo, siempre. Pero el caso es más complicado todavía, queremos reconocerle a nuestra capacidad de “imantación” intelectual, los diversos grados de nuestra singular imaginación. Tenemos imaginación, está bien, pero ahora, ¿qué hacemos con ella? ¿Buscar la realidad o fundarla? Volverla a fundar después de fundada, pero fundiéndonos en ella como hicieron Homero, Dante y Virgilio. Partir de cero y a partir de cero llegar al punto máximo que da un equivalente a cero, luego tratar de comprender que comprender ya basta. El Buda no se iluminó sino hasta cuando en su mente se hizo clara aquella comprensión de estar ya iluminado. Lo que ilumina al hombre es su comprensión de saberse dueño absoluto de su realidad y su realidad será siempre todo cuanto sueña o ama, vive, disfruta libremente, y también las angustias y el llanto, la desesperación y la muerte. Todo le viene al hombre por las manos del hombre y por el esfuerzo del hombre por hacer cosas y darle vida a todo cuanto piensa o hace.
El hombre aprende desde que nace a comunicarse por vía de gestos instintivos e imitativos. Luego se va amoldando a realidades que van definiendo el curso de su desarrollo hasta que echa raíces en el terreno de la costumbre, su leal enemigo. El hombre no sabe hasta qué punto la costumbre se ha convertido en su peor enemigo. Trata de asimilarse dentro de ella como si todavía estuviera en el vientre de su madre o como si pasara del vientre de su madre al vientre de la costumbre. Nunca pierde el instinto que lo hace ser distinto: su capacidad de comunicación. El hombre, desde que está en el vientre de su madre, se comunica con ella de muchas maneras, incluyendo la forma telepática. Algunos hombres aprenden a comunicarse telepáticamente con el resto del mundo de una manera natural, espontánea.
Por eso me gustó mucho cuando alguien con lírico sarcasmo se querelló diciéndome que yo, probablemente, veía el fenómeno poético como evidente caso intro mental.
Esto me permitió reflexionar y aceptar que no era posible ver el fenómeno poético como un fenómeno inaccesible a la realidad de todos los hombres y de todos los países, sino que, por lo contrario, la poesía participa de todo, con todo a todos los niveles y que ella, por sí misma, es el centro de todas las cosas.


José Alejandro Peña: (Santo Domingo, Rep. Dominicana, 1964). Premio Nacional de Poesía, 1986, con su libro: "El soñado Desquite", (Colección Orfeo, Biblioteca Nacional, 1986. Reside en los Estados Unidos desde 1995 donde funda y dirige la
revista bilingüe de Poesía El Salvaje Refinado (www.elsalvajerefinado.net). Si quiere saber más de este extraordinario poeta, buscar www.paradoja.net y encontrará lo mucho que trabaja este escritor dominicano universal.

Poema: LA PALABRA.

(Del libro :El soñado Desquite)

En el mar que yo invento
con las hojas marchitas
de la palabra olvido,
hay otros mares que no
saben producir sus olas.

La palabra es un trozo
de niebla que sirve de fondo
a muchas luces inencontrables.

La palabra, desnuda luz
ya poseída, ya deshecha,
es un llanto aferrado a las cosas
que vienen buscando consuelo
en la forma que oculta
de pronto el pantano.

Cantos de Afrodita, (inédito, teresa coraspe)

Hijo de Anquises, ¡Oh, Eneas! yo soy la diosa
a quien tanto cantara Virgilio en épocas remotas
El mismo fuego enciende mi agitado pecho
Sopla fuerte viento negro
aviva la mar
para que arrastre al que amo a la tranquila y dulce orilla
no quiero envolver (de nuevo) mi cuerpo entre las llamas
que no sean las del amor
Y tú, guerrero:
no te vayas tras las frías soledades
Hondo es el silencio / razga de ti las botas
y descanza
entre las cortinas de mi pelo.

(poema sin destinatario escrito el 2001, hoy es para ti)

Confusión, poema de teresa coraspe

Ella aún está allí
no hay lugar que yo ocupe
me devuelvo de la puerta
con mi bolso
y estos papeles sucios por la melancolía
en silencio sin decir nada
o despedirme
Sólo me llevo el sabor de lo imposible
desde ese vacío de tu habitación
que habita su presencia y aún recuerdas:
objetos fijados a la memoria
de los que no puedes deshacerte
recargado de fantasmas que aún te persiguen
Yo nada hago allí
en ese espacio no disponible/ donde no hay lumbre
y hace frío
Me retiro sin respirar
muy quieta tratando de no hacer ruido
para que no sepas que estoy de vuelta
a mis largos insomnios
a mis torturas de ausencias
a mi mundo de sombra solitaria
a mis paseos de espantapájaros
siempre de negro como la viuda que soy
de la vida de existir de tambalearme

Oh, tú el gato, el masoquista
que recibe los arañazos
y no la olvidas.

Ciudad Bolívar, 11 de Dic. 2006

Luis Gilberto Caraballo, y algún poema al azar.

No tengo ventajas, vendajes
no poseo nada que sea atractivo para las ambiciones de los otros,
sólo llevo palabras crecidas que me sobrepasan
y un cuerpo vaga con la noche ciego
dando pasos entre los astros que lo iluminan

Ese cuerpo tiene sed y memoria, números memoriales insertos,
ebriedad,
un lugar de descanso
que a veces usa,
cuando se abandona en una intensa búsqueda
atrapado por alguna serie infinita,
le precipita desigualdades,
orgasmos de ansiedad y presentimientos diminutos
de la distancia, el tiempo,
y por ende su amor de querer soñar.
Tiene hábito de vieja anchura
gusta tocar las cálidas calas con tibieza
en su temperaturas blancas por las mañanas,
y depurar su mirada cansada
de ver rejas en el rostro,
y sus lenguas muertas
sobre una ciudad de escaso tiempo.

Tiene entre su compostura
una caída de cierta soledad atípica,
raíces de pan y algún aliento indiscreto
heredado de otros lugares y errancias, del mismo
equivocarse.
Cuán alta parecen esas torres de números y su infinita
sentencias tocando el halo azul de cielo inmensurable,
para un cuerpo que no ubica su centro.
Y no tiene tribuna, para hacerse solemne,
a veces es parco y silencioso,
merodea con canciones e insomnios la luna.
Buscando algún signo
que le asome el algebra de los días,
su cuerpo gravita
en la noche del canto asonante, con voz de cigarra
Se va con una serie de números
a la intemperie y cree clarificar su estancia
¿Acaso existe alguna
cuando el cuerpo esta caído,
con los pies vacíos,
henchido de devaríos y ecos?
campanas planas sobre su mente albergan;
no se alzan,
para no herir lo sensible de él,
y perdure con su apaciguado
discernimiento de tantas palabras.
Una serie de iniquidades lo asombran,
le derrumban su calma,
palabras que van creciendo,
precipitadas como una noche de densidad múltiple,
le sobrepasan su altura.

Luis Gilberto Caraballo (Venezuela)
Poemas de números y serie infinta 2006

Monday, December 11, 2006

En torno a "La enfermedad", de Barrera Tyszka

(Premio Internacional Herralde de Novela, España, 2006)

RAFAEL RATTIA.

Tal como apunta el magnífico crítico literario Luis Barrera Linares, la narrativa venezolana vive actualmente uno de sus momentos de mayor esplendor; la obtención por parte de Alberto Barrera Tyszka del XXIV Premio Internacional Herralde de Novela el pasado mes de Noviembre en España no sólo patentiza el certero acierto de nuestros más acuciosos, inteligentes y respetados estudiosos de nuestras letras patrias sino que la merecidísima concesión de tan importante galardón literario de renombre mundial le confiere un plus de reconocimiento a la paciente labor creadora de una de las sensibilidades literarias más sólidas que ocupan el proscenio de nuestro panorama narrativo nacional de las dos últimas décadas.

La columna vertebral de esta magistral ars narrativa se sostiene en la impecable invención de dos personajes capitales: Ernesto Durán y Javier Miranda; el primero es un caso clínicamente perfecto como objeto de estudio de la psiquiatría analítica, mientras que el segundo es la típica realidad trágica de uno entre tantos casos de enfermos de cáncer que caracterizan a nuestras sociedades occidentales. Decenas de microhistorias y de larvarias anécdotas transversales conforman redes paralelas que crean un complejo tejido narrativo literalmente imposible de dejar a un lado una vez que el lector se siente cautivo en sus irresistibles historias.

Barrera Tyszka hace gala de un sui generis registro lexicográfico y, sabiéndose dueño absoluto de un manejo cabal del complejo mundo de la medicalización nos lleva a sus lectores de la mano hacia ingrávidos universos ficcionales donde señales verbales distantes de nuestra cotidiana condición de individuos sanos, rozagantes y plenos de vida y salud impregnan nuestro capital sensitivo en tanto lectores. Ambientes conformados por departamentos de radiología y quimioterapia, mascarillas quirúrgicas, placas de tórax, transparencias duras, batas verdes, luces blancas de quirófano y toda una retahíla de expresiones específicamente médicas nos siembran en nuestra psique de lectores aprehensibilidades y climas mentales de singulares índoles.

La novela de Barrera Tyszka como ambicioso programa narrativo, como decimos en Venezuela, en lenguaje coloquial, "pone el dedo en la llaga" de ese gran mito de la infalibilidad de la existencia y de la invulnerabilidad de la vida. Inclusive, el autor va más allá y nos espeta en pleno rostro: "¿por qué nos cuesta tanto aceptar que la vida es una casualidad?"

"La enfermedad" posee muchísimas virtudes como gesta narrativa. Un lenguaje pulcro e irrefutablemente decantado; exento de ripios léxicos. Frases exactas y cortantes dueñas de una profunda sencillez expresiva que jamás hacen concesiones a la odiosa presunción de expresividad vacua. Para decirlo pronto y con pocas palabras: he aquí la novela que conjuga con singular maestría literaria la emoción y la razón en una dupla insuperable. La ternura, el audaz divertimento narrativo y la perturbadora y lancinante tragedia de la familia Miranda personificado en ese universo filial y afectivo (padre e hijo) aherrojado por la desdicha de quien se sabe inexorablemente condenado a morir sin poder evitar lo irremediable.

Confieso enternecerme hasta las lágrimas por la inclaudicable persistencia que muestra el personaje Ernesto Durán al intentar una relación epistolar con el Doctor Andrés Miranda que, más que una equívoca vía de consecución de la sanación de su hipocondría, lo subsume en las terribles mieles de un padecimiento ontológico mayor: una ansiedad psíquica irresoluble.

Particularmente le atribuyo extraordinarios poderes salutíferos a esta excelente novela de Barrera Tyszka: nos recuerda –junto con Robert Burton- que "la enfermedad es la madre de la modestia". No deja de recordarnos que los seres humanos no somos más que cadáveres ambulantes ataviados de rutilantes y míseras fachendas prontamente corruptibles. En este sentido, La enfermedad puede leerse como un tratado de urgencia de lo peor. Basta que estemos sanos para enfermar y degradarnos hasta la indecencia; basta que estemos vivos para morir en menos tiempo de lo imaginan nuestros semejantes.

Sunday, December 10, 2006

Correspondencia a Dinapiera y poemas de Else Laster Schüler

Despertar y mirar sin reconocer dónde estoy: techo y paredes blancas, ningún cuadro; no, esta no es mi casa, mi espacio. Recuerdo: tres días en un hospital, se enferma, me enfermo, quizás nos cuidamos. La acompaño, me levanto hoy Domingo, ya sé dónde estoy, busco en la Biblioteca, muchos libros de Milán Kundera, otros autores y por supuesto los de Dinapira Di Donato, ya los había leído, sigo buscando y llego a los poemas de Else Lasker Schüler, Alemania (1869-1945); te hablo de Riolama, el Río, la selva de Guayana; de los anaqueles de su biblioteca pequeña, seleccionada según su profesión, según lo que ama, según el grado de su afecto, Dina, donde ella te ubica. Pero esto es sólo para decirte que me instalo a copiar a mano las poesías; no quiero alterar el orden de sus cosas ni despertarla, dejar que sueñe y se recupere: demasiado stress este tiempo, casi todos los días. La mesa donde escribo perteneció a madre, Río la restauró con el amor de poseer un recuerdo, una emoción, un regalo de la muerte para la vida. Así en total silencio pero siempre pensando, en lo posible en lo no posible, me detengo por un momento en su idolo: M. Kundera, algunos ya leídos, y por supuesto me arrincono en los poemas de esta autora, desconocida para mi.De repente la conoces, la has leído, traducción de Verónica Jaffé, Colección Traducciones, Ediciones Angria, Caracas, 1991. Pero trato ahora de comunicarme, siento que me ahogo y lo necesito, también el Stress es fuerte, uno se enferma y ahora de moda La Enfermedad, que leeremos pronto, de Barrera Tyszka, Premio Internacional Herralde de Novela; y de una vez el Ensayo de Rafael Rattia sobre este libro. Pero, vaya, mira que me estoy yendo y quiero compartir con ustedes esta mañana de un despertar, en una habitación otra con poemas que quisieron llegar hasta mi mundo, hasta ustedes.
Teresa Coraspe.

POEMAS DE ELSE LASKER SCHÜLER:

EBRIEDAD DE LOS SENTIDOS
Tu boca lasciva es mi sepulcro,
me perturba su aliento dulce
porque mis virtudes han muerto.
Bebo embriagada de su fuente
y me pierdo en sus abismos,
al mirar radiante el infierno

Mi Cálido cuerpo arde con la brisa,
tiembla como un joven rosal
besado por la tibia lluvia de mayo.
Te sigo al salvaje país del pecado
y corto lirios de fuego en el camino,
aún cuando jamás encuentre mi casa.

ESCUCHA.

Bebo en las noches
las rosas de tu boca,
para que ninguna mujer se sacie.

La que hoy te abraza
borra lo que he grabado con mi temblor,
alrededor de tus miembros

Soy el borde de tu camino.
Quien te rozara,
se despertaría.
¿Sientes mi vida
en todas partes
como una orla distante?

FIN DEL MUNDO.
Hay un llanto en el mundo,
como si Dios se hubiera muerto,
y la sombra plomiza que cae
pesa como una tumba.

Ven, vamos a escondernos más cerca...
La vida yace en los corazones
al igual que en ataúdes.

¡Tú!, vamos a besarnos profundamente.
Una nostalgia loca a las puertas del mundo,
una herida de muerte.

ESTIGIO.

Ah, quisiera dormir sin deseo
si conociera un río tan profundo como mi vida,
fluyera junto a sus aguas.


CIUDAD BOLÍVAR-VENEZUELA, 10 DE DIC. 2006

Wednesday, December 06, 2006

Dos poemas de Daniel Montoly

I

Si vas a Itaca salúdame al amor
que el destino me obligó
a dejar entre sus muros.
-Su padre y el fiscal
desean verme tras las rejas-
Era dulce y tan lozana
como la virginal fruta
que se toma del manzano
el primer día después de lluvia..
Pero sí te decides a ir
nunca recorras la ciudad
durante la ambrosía carnavalesca.
Cuídate de los evangelistas,
los proxenetas, y ten cuidado
con las calles porque las putas
en sus amorosos recorridos
se orinan hasta en los techos.
Salúdame con un beso
al ama de llaves del alcalde:
sació mi hambre carnal
cuando era para todos
sólo un marinero forajido
llegado desde un remoto puerto.
No le digas ni al sacristán
ni al barbero dónde vivo
porque antes de escapar
esa trágica noche
al primero le arranqué una oreja
y al segundo le robé dinero....

II

Al regresar al apartamento,
abro la puerta
y encuentro el reloj
invernando en la pared
y tres panes resecos
sobre la vieja mesa
de la cocina.
Las ropas dispersas
entre la habitación
y la biblioteca.
El olor a lavanda
y las manchas de jabón
adosadas a la bañera.
Releo el triste obituario
del Sunday Daily
de dos semanas antes
colgando de la puerta
del congelador
y tu dolor perenne
me sigue a cualquier parte
y ya no soy un hombre
soy un fantasma,
el reminiscente pasado
donde se esconden tus ojos.

Daniel Montoly (Rep. Dominicana)

Tuesday, December 05, 2006

Un diciembre en el tiempo con un poema:

UNA EXTRAÑA MANERA DE AMAR.

teresa coraspe



Soy la mujer de la descreencia
que busca extrañas maneras de amar
inventándome
para reconocerme-reconocerte
Hacerle un juego a la vida
a la distancia al tiempo
borrar el espejismo
que significa la ausencia
escuchar que disfrutas
por el ritmo de tu respiración
y el eco que se devuelve de tus ojos
el éxtasis que percibo y el temblor de tus manos
sentir que estás
que estamos
de alguna manera inusual
amándonos.

(para el brujito)
Martes, 5 de Diciembre, 2006

Monday, December 04, 2006

POEMA DEL MES, aBrace Editora (Nina Reis-Roberto Bianchi)

POEMA DEL AÑO 2006

aBrace editora seleccionó entre los poetas enviados al concurso POEMA DEL MES, que fueran publicados desde julio a noviembre en todos los países, a los ganadores del premio Poema 2006, respectivamente en español y portugués.

De la enorme cantidad de poemas recibidos de todo el mundo, con características de hasta 14 líneas, el Consejo Editor de aBrace editora, fue incorporando mes a mes los poemas que todavía continúan publicados en la página www.abracecultura.com, y permanecerán allí, en el respectivo archivo de cada país.

En todos los casos, esos poemas compitieron por una:
beca gratuita de publicación en la obra colectiva Letras de Babel 3, que se presentará en el 8º Encuentro aBrace, Uruguay 17 al 24 de marzo/07

De los seleccionados fueron elegidos un primer, segundo y tercer premio en portugués y respectivamente en español.

Los primeros premios tendrán dos páginas de libro para cada uno de los poetas ganadores (portugués y español) y una página para cada uno de los segundos y los terceros.

REBELDE.

Casi invierno en el sur.
Frente al naranjo
cargado de dulzuras en sazón,
una margarita desorientada o rebelde
ha decretado
su propia primavera a contramano.

María Amelia Schaller

Además de a María Amelia Schaller, a quien le debemos la inspiración de la idea, agradecemos en nombre de aBrace editora y del Movimiento Cultural aBrace a todos los participantes del POEMA DEL MES, que nos obligaron a un profundo estudio de textos enviados, ya que fue muy difícil elegir entre tanto buen poema recibido.
aBrace a todos, Nina Reis y Roberto Bianchi

Publicamos a continuación los textos que recibieron las premiaciones.

Poemas en portugués:

PRIMER PREMIO

TEOREMA

Poema de José Sena – Rio de Janeiro – Brasil

A laranja

é uma esfera em cima da mesa.

A faca

veio transgredir esta verdade.
A laranja virou metade.

(poema publicado en Brasil en el mes de octubre)

SEGUNDO PREMIO

ENQUANTO EXISTO, RESISTO

Poema de Antonio Miranda, Brasil

para Inês Sarmet

Aves migratórias,
nuvens errantes,
pensamentos vadios.

Flores nascem e fenecem
e amores padecem
na separação.

Estou só e a cama
é tanto maior
na desolação.

Entretanto, durmo
e sonho e amanheço,
não desisto

e recomeço.

(poema publicado en Brasil en el mes de junio)

TERCER PREMIO

FONTE LIMPA
Poema de João Azeredo - Tailândia

Fonte
onde sons opacos se rasgaram

à procura do eco
Vi-te lá quando o lago se coloriu
aberto como um lótus
deusa nenúfar no vértice daquela água

Delas a sinfonia desta pele de querer
incompleta a cada segundo
compasso sem passo
Foi-se o gelo aqueceram os dedos
de te tocar sem tempos
nem pausas
A música desfez o arame do vácuo
e os olhos puderam sorrir

(poema publicado en Brasil en el mes de noviembre)


POEMAS EN ESPAÑOL:

PRIMER PREMIO 2006

RITMO DEL BLUES EN OTOÑO

Poema de Teresa Coraspe,


Por la mañana temprano, antes del día,
el blues baja a mi encuentro.
(Muddy Waters, en Early morning blues, 1950)


El hombre que amo es un obrero
de una fábrica en Ohio
lo veo llegar lleno de carbón
las madrugadas
al salir del trabajo.

Lo espero para abrazarlo
y él desea darse una ducha
lo retengo y le doy un beso.
Creo que no tendremos tiempo para esperar…

(poema publicado en Venezuela en el mes de octubre)



SEGUNDO PREMIO

SOÑANZAS

Poema de Marita Miranda, Buenos Aires

sueñan barcos que son casas
cuando sopla norte, rojo de sequía

sueñan casas que son barcos
cuando el sudeste abraza en agua
cimientos y ventanas

sueña el hombre que es Dios
cuando resiste, sostiene su palabra

sueña Dios que es el hombre

y llora

llora

(poema publicado en Argentina en el mes de agosto)


TERCER PREMIO

ARLEQUÍN
Poema de Lilí Muñoz, Ciudad de Neuquén.

Pasabas

rítmicamente pasabas.

Rodeado de abrazos

cuerpo y pies seguían el sintético y ancestral remolino
de la murga.

Desde la catedral de pinares
yo te miraba.
Primero se desprendió tu cabeza

luego

los retazos multicolores de tu estructura.

Cuando fuiste un montón de brillantes despojos

bajé las escaleras

y aplaudí.

(poema publicado en Argentina en el mes de agosto)

Friday, December 01, 2006

POESÍA ERÓTICA CASTELLANA

JOSÉ LUIS HIDALGO, ESPAÑA (1919-1947)

AMOR SÍ.

Cuando dos cuerpos se unen para amar,
se queman más despacio la soledad de la tierra.
De corazón a corazón, de hueso a hueso,
saltan pájaros ardientes como puñales
piel del mundo o deseo donde la carne gime,
un gran río desnudo de inesperados crisantemos.
Cuando dos cuerpos se aprietan como bocas,
se empujan como voraces cataratas al rumor de la vida
perdiendo un posible contacto con la muerte que espera,
que sobre el olvidado planeta a lo lejos refulge
como un fantasma solitario y oculto.
Hombre o mujer, árboles vibrantes.
Hirvientes besos estrujados y un ángel.

Amarse es poseer la tierra sin sombra para siempre.

PO CHU-i (o lo eterno) -772-846

EL FIN DE LA PRIMAVERA.

La flor del peral se comprime y se transforma en fruto.
Los pichones nacen de los huevos de golondrina.
¿Qué consuelo ofrece la doctrina del Tao
cuando se enfrenta la mudanza de las estaciones?
Me enseñará a ver volar los días y los meses,
sin llorar en exceso por la juventud que muere.
Si el mundo transitorio no es sino un largo soñar,
poco importa si somos jóvenes o viejos.
Siempre, sin embargo, desde que mi amigo me dejó,
y viví en exilio en la ciudad de Chiang-ling,
hubo un deseo que no he podido dominar:
y es que de cuando en cuando, por azar, vuelva a verlo.

(Antología de la Poesía universal).