Ella aún está allí
no hay lugar que yo ocupe
me devuelvo de la puerta
con mi bolso
y estos papeles sucios por la melancolía
en silencio sin decir nada
o despedirme
Sólo me llevo el sabor de lo imposible
desde ese vacío de tu habitación
que habita su presencia y aún recuerdas:
objetos fijados a la memoria
de los que no puedes deshacerte
recargado de fantasmas que aún te persiguen
Yo nada hago allí
en ese espacio no disponible/ donde no hay lumbre
y hace frío
Me retiro sin respirar
muy quieta tratando de no hacer ruido
para que no sepas que estoy de vuelta
a mis largos insomnios
a mis torturas de ausencias
a mi mundo de sombra solitaria
a mis paseos de espantapájaros
siempre de negro como la viuda que soy
de la vida de existir de tambalearme
Oh, tú el gato, el masoquista
que recibe los arañazos
y no la olvidas.
Ciudad Bolívar, 11 de Dic. 2006
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