Hijo de Anquises, ¡Oh, Eneas! yo soy la diosa
a quien tanto cantara Virgilio en épocas remotas
El mismo fuego enciende mi agitado pecho
Sopla fuerte viento negro
aviva la mar
para que arrastre al que amo a la tranquila y dulce orilla
no quiero envolver (de nuevo) mi cuerpo entre las llamas
que no sean las del amor
Y tú, guerrero:
no te vayas tras las frías soledades
Hondo es el silencio / razga de ti las botas
y descanza
entre las cortinas de mi pelo.
(poema sin destinatario escrito el 2001, hoy es para ti)
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