¿DE QUÉ NOS SIRVE?
¿De qué nos sirve el plagio si nuestra única certeza
es la de ya estar muertos?
¿Por qué el denuedo y la ansiedad irresoluta de entendernos
si en el espejo en que nos reflejamos sólo vemos el cráneo
vacío de nuestros hermanos, otrora fachendosos, como nosotros mismos?
¿Para qué cortar la rosa y mutilar el rosal, si evocando su nombre, su fragancia, revive y se restaura en sus pistilos genésicos?
Bogando aguas arriba el cielo es un océano que mira hacia abajo queriendo ser líquida memoria.
La semilla que plantamos en una cálida esquina del Arca
Materna, se convirtió en pétrea evocación: las hórridas babas de / jerarcas que en el poder disecaron sus futuros que portaba / semillas decrépitas.
Este es el reino clausurado de una maternidad arrasada por los oscuros nubarrones de la desdicha.
En esta casa, sólo se habla bajo el signo de la retórica del silencio: el que hable es hombre muerto, reza una inscripción.
Tallada en las puertas del paraíso fluvial. Quien habla no come y viceversa. Nadie nos dijo que el futuro era esta estafa forrada de oropeles irresistibles, ataviada de optimismo demente. ¿Acaso advertimos desde la torre del vigía con la inutilidad del sueño interrumpido por lobos aullantes queriendo degollar nuestros hijos nonatos?.
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