Saturday, November 10, 2012

LA COMUNA Y SUS MARCAS.



Ángel Américo Fernández


La palabra comuna deriva del francés “commune” a la vez heredado del latín medieval “communia” para hacer referencia a una división territorial-administrativa menor y de gobierno local. Las comunas son entonces equivalentes a las estructuras municipales de las ciudades constituidas con una dirección gubernamental y fiscal, vector en menor escala del gobierno de la Nación. De modo que en la historia europea, comunas hay en Francia, España e Inglaterra entre otras, pero siempre con una connotación de territorio pequeño, el átomo de la división política y del régimen fiscal.



Es esa la huella de las comunas en Europa Occidental, una simple forma organizativa democrática para que los ciudadanos se ocupen de los “asuntos comunes” en sus Repúblicas y puedan participar y tener contacto con la instancia primigenia del gobierno.



Otra cosa distinta ocurre cuando el término comuna comienza a ser penetrado con valoraciones y contenidos ideológicos y es extraído de cuajo del plano territorial y administrativo para insertarse como engranaje capilar de la teoría marxista y una cierta manera de entender el poder y las estructuras de la economía.

El primer rastro de esa vertiente es posible hallarlo en los hechos que tuvieron como punto culminante la toma de la comuna de París en 1871 por parte del movimiento obrero francés. Resulta claro que Marx estuvo muy atento al curso y desenlace de ese acontecimiento histórico al que definió en sus escritos como la primera revuelta del proletariado organizado en la historia, donde se avistaba una “forma política” que desmontaba el régimen de la burguesía, democracia directa, gobierno proletario y el pueblo en armas, una revolución “contra el Estado mismo”, una reabsorción del pueblo de su propia vida social.

A partir de allí el término comuna quedó marcado con otros contenidos y valoraciones ideológicas, se fue rellenado con otra historia, otros metarrelatos que ponían “en acto” un tinte revolucionario, una revuelta proletaria contra el Estado Burgués. “Era sólo la clase obrera la que podría formular mediante la palabra “comuna” e iniciar mediante la combatiente comuna de París, esa nueva aspiración” (Marx). La “comuna” quedaba así investida con un halo casi mítico, ligada a la luchas de la ideología socialista en el plano político y hasta existencial.

Sin embargo, Marx no pudo ver la experiencia histórica triunfal socialista en Rusia de 1917, en la que las comunas “soviets”, a contrapelo de la utopía parisién, significaron una nueva arquitectónica del poder, una nueva organización del espacio (objetivo y subjetivo) de los sujetos y unas nuevas estructuras de la producción, donde la característica relevante fue el despotismo del Estado-partido en conjunción con economía centralizada/planificada, y dominación total sobre el individuo.

En China comunista, las comunas y la organización comunal son inseparables de la “colectivización forzada del campo” y los fusilamientos en masa. Otra marca más para esta particular forma de regimentar la producción, asegurar el dominio de un funcionariado burocrático y regimentar hasta la vida íntima y sensorial de los actores sociales.

En Cuba, las comunas están imbricadas a un proceso que se resume en una economía totalmente estatizada, prohibición a las personas para ejercer negocios independientes, un sistema de vigilancia por cuadra desempeñado por los llamados Comité de Defensa de la Revolución y tarjetas de racionamiento.

Esa es la huella/rastro/marca de las comunas dejadas por el proceso histórico. Las palabras no son “neutras”, el origen de un término puede parecer un cristal, pero es la historia la que le llena de contenido, valoraciones, zaga ideológica… y también de cicatrices.

En Venezuela el régimen ha venido apurando a sus ministros para que apalanquen la formación de “comunas”. Demás esta decir que estas comunas no se inscriben en la mera imagen “municipal” como sugiere una visión llena de candor de algunos cuando alegan que comunas hay en todos partes como Francia, España o Chile. A contrapelo, sostenemos sin ambigüedades que las comunas anunciadas para el país están ubicadas en el marco de leyes socialistas, que la estructura comunal fue derrotada en el Referéndum Constitucional de 2007 y que el grueso de esas leyes fueron aprobadas por vía habilitante de manera espuria, pues esos poderes legislativos eran para atender emergencia de las lluvias en 2010. Además, no se puede obliterar el discurso del funcionariado oficialista que ha sido explícito al señalar que van “esbaratar” Alcaldías y Gobernaciones para avanzar hacia el Estado Comunal.

El propio contenido de las leyes socialistas prevé que la comuna va a ser la unidad primaria de división política constituyendo desde la base una propuesta inconstitucional que fecunda un Estado estructuralmente distinto al que aparece definido en la Constitución de 1999, en evidente ruptura con el Estado liberal, representativo y de corte occidental de la carta magna. Al propio tiempo, el proyecto de Estado comunal parece incardinado a un modelo político de “democracia popular asamblearia” que en la historia ha venido matrimoniado con regímenes autoritarios, despóticos y de culto a la personalidad.

Pero, más allá del asunto constitucional, hay que meter el escalpelo en “la función latente” (Merton) para hurgar en la comuna como estrategia de dominación en beneficio de un orden instrumental y monolítico que concentre el poder y evite su “fuga” hacia polos alternativos. Si a ello se suma el contexto de prácticas políticas de hostigamiento al sector privado y las recurrentes expropiaciones, hay razones para pensar que la instauración de un Estado comunal pudiera replicar formas de economía altamente centralizada en sintonía con una “ficción” de poder popular que enmascare formas aberradas de bonapartismo.

Finalmente, si decimos comuna es “propiedad del común” tenemos una tautología, pero si decimos “comuna socialista” le asignamos una predicación, una categoría… y gustaba decir Aristóteles que las categorías son “los modos del ser”.

Wednesday, October 10, 2012

GRACIAS, MUCHACHO; GRACIAS CAPRILES...

Tú lo decías, David contra Goliat, tenías demasiadas fuerzas contrarias sobre tus espaldas; demasiado odio acumulado y ansias de poder; la hegemonía es así, lamentablemente; son lobos hambrientos que no se sacian nunca; el poder engendra lo mismo: Poder. Leía por tercera vez el libro de Miguel L- Ron Pedrique, a quien conocí hace algunos años en Pto. Orda (ya está muerto, lamentablemente), me refiero al título: La nostalgia de la POLÍTICA,  había subrayado estas frases: "...llamo la atención sobre el hecho histórico que, siendo la política la actividad más humana para el hombre en el mundo clásico y en el Renacimiento italiano, pasó a ser en la contemporaneidad marxista, una empresa dudosa, propia únicamente de idiotas dispuestos a creer en su capacidad para transformar la realidad..." Pero, sabemos que, la transformación ha sido atraso, violación de los derechos humanos, cárceles, que la gente piense sólo para lograr sus beneficios inmediatos y que olvide la ética, el respeto, la solidaridad, vivir en paz y esto era lo que esperábamos los venezolanos este 7 de Octubre pasado. No fue así, pero quedó un gran líder, un gran hombre, honesto y sincero; por eso, muchacho te agradecemos tu cansancio, tu sed, tu calor y tu sonrisa por los pueblos de "nuestra Venezuela", como la llamas. Teresa Coraspe.

Monday, October 08, 2012

Palabras para Alfonso desde Cd. Bolívar a Italia

Mi querido muchacho, no te imaginas lo decepcionada que estoy por este pueblo. Ahora entiendo que los mismos, se labran su propia desgracia. Créeme, me duele tanto por ese otro muchacho Capriles que tanto le ha dado a este país, día a día, tratando de darnos una Democracia verdadera, una libertad en la diversidad, un país abierto a la economía, al trabajo, a la educación; pero no, el pueblo eligió a Barrabás, al comunismo, al totalitarismo, a la expropiación y a la delincuencia. Como ves, querido muchacho amado, tengo dolor de alma y, pienso ¿cómo debe sentirme la madre de Capriles?, ella que supo de cerca la lucha de su hijo por un país mejor. Luego te hablo más y no me defraudes, acércate a los libros, ellos serán tu mejor guía en la vida. Dios te bendiga. No perdiste tu voto, él está en el arsenal del futuro. Tere
7.10.2012


Wednesday, June 06, 2012

CUANDO YO ENTRE, poema de Luis Sutherland


CUANDO yo entre a la Edad Desnuda
ella estará
 y nosotros ya no estaremos
Asi pasaremos sin ruidos sin sospechas
Entonces me atenderá sin que yo pueda
verla ni oirla
 Me conducirá de la mano hacia lo oscuro
 hacia lo luminoso
He aquí nuestra única relación en el misterio que ocultará
 mi destino

Tuesday, February 28, 2012




Seis tesis sobre Marx y la sociedad del conocimiento

Ángel Américo Fernández *


Tesis I

Sostengo sencillamente que cualquier tentativa de fundar un proyecto político en el marxismo no puede ser exonerado de una contrastación a fondo de la obra máxima de Marx El Capital con el orden fáctico que representa el postcapitalismo imbricado a la nueva sociedad del conocimiento y la irrupción de formas comunicacionales inéditas que marcan una huella especial en la condición de los saberes. Afirmo sin ambigüedades que la obra de Marx no es el vehículo idóneo para navegar en las claves del presente.

Tesis II
El punto de anclaje de Marx es la noción de valor como “sustancia” sintetizado en que las mercancías tienen un valor absoluto y el trabajo es la substancia de ese valor. Sin embargo, la economía de la sociedad moderna muestra que Marx pasó por alto el valor relativo que implica una condición de no-dependencia del trabajo, en la medida que hace intervenir otros factores como la escasez, la demanda, el tiempo y hasta las expectativas de los sujetos económicos. Así, es exorcizado el fantasma sustancialista y se impone la realidad de que el valor se constituye en el mercado. Pero además, la sociedad posmoderna integra un nuevo invitado a la fiesta del valor: el conocimiento.


Tesis III
La investigación teórica de Marx operaba dentro de un paradigma físico del trabajo, una actividad humana que se realizaba dentro de un determinado tiempo, que podía ser medida en “cantidades” y que finalmente se congelaba o cristalizaba en distintas mercancías. Digámoslo rápido para abreviar comentarios: La concepción fisicalista del trabajo no explica absolutamente nada de la sociedad de hoy en día porque no puede dar cuenta de que el crecimiento exponencial del conocimiento es la principal fuente de capital. El conocimiento introduce un paradigma distinto y una nueva perspectiva para pensar lo económico. Ergo, la materia intangible “el conocimiento” estaba ausente del esquema de Marx y ello deja en la picota su teoría del valor-trabajo.


Tesis IV

Proudhon dijo: “la propiedad es un robo” y Marx se lo creyó. A partir de aquí se explican sus denodados esfuerzos por demostrar que el capital es trabajo expropiado. Más, la sociedad posmoderna, la de la telemática y de la información no es la de la plusvalía sino la del valor agregado y es claro que la principal fuente de éste no es el trabajo sino el conocimiento. El concepto de “valor agregado” hace referencia a los bienes intangibles, a cierta condensación de materia gris que rebasan con creces cualquier intento de equipararlo con los viejos conceptos de la economía clásica expuestos en El Capital. Ese valor rebasa las coordenadas de “lo económico” y hunde sus tentáculos rizomáticos en las esferas de lo cultural y lo epistemológico en cuanto implica cambios sustantivos en el sistema-mundo y en los modos de los sujetos relacionarse con él. Marx satanizó el capital. La sociedad posmoderna se ha encargado de que por los entresijos del capital se filtre el rostro de ángel del conocimiento.

Tesis V
Un bien como el conocimiento complejo de la sociedades telemáticas posmodernizadas no es reducible a cantidades de trabajo ni a la lógica del valor de uso. El conocimiento no sirve sólo para satisfacer una necesidad cualquiera como el pan, la electricidad o, incluso la fuerza de trabajo. El conocimiento sirve para transformar la sociedad, para mejorar nuestra visión del mundo y comprensión del universo. Si esto es así, mucho más evidente y complejo se hace en el campo de los descubrimientos (conocimiento científico) y en el de los inventos o aplicaciones (tecnología). Un invento como la computadora, el Internet, las comunicaciones en redes, la microelectrónica, entre otros, no sólo satisfacen una necesidad sino que se expanden en progresión infinita abriendo nuevos territorios y horizontes hacia el futuro. “El medio es el mensaje” es más que una metáfora. Revela que la huella va más allá del contenido, que se trata de la emergencia de un nuevo agenciamiento cultural e intersubjetivo que se filtra incluso por los recodos más íntimos de la vida.
Tesis VI
Ya no se puede pensar la sociedad en términos redondos de valores cuantitativos, trabajo y revoluciones obreras. El esquema “físico” de Marx naufraga frente a la torre de la sociedad del conocimiento. El metarrelato de la revolución entra en franco declive ante la emergencia de un nuevo ethos que fecunda distintos “juegos de lenguaje” y entroniza como condición del saber una “pragmática de las partículas lingüísticas” (Lyotard).

*Epistemólogo. Profesor de postgrado