Thursday, November 30, 2006

Los muros de las calles tristes

Ya no tengo tus ojos
sólo el licor del poema me embriaga
mientras cabalgo bajo las aguas en silencio
de la luna
donde vive un sol triste de mirada fija
Desde allí hilvanamos las estrellas, amor,
que caen al mar como lluvia
Empiezo a caminar una ciudad envuelta en brumas
miro como se encienden los faros
que borran las ventanas y puertas en lo alto
abrazo los muros de las calles tristes
y te nombro sabiendo que no estás.

Teresa Coraspe.
Ciudad Bolívar, 13 y 14 de abril, 2006

Wednesday, November 29, 2006

Cruz María Salmerón Acosta.

MARÍA CRISTINA SOLAECHE.

03/01/1892 – 29-07-1929
Manicuare. Estado Sucre. Venezuela
“el poeta del martirio”, “el solitario de la cima de Manicuare”
“el poeta milagroso”, “el paradigma literario de Araya” “el Hijo Santo de Manicuare”, “el poeta de la resignación”

Cruz María Salmerón Acosta, fue un torturado poeta víctima del mal de Hansen (la lepra), dolencia que lo consumió desde su plena juventud hasta los 38 años de edad, cuando murió.

Nació en las áridas y salinas costas cumanesas del oriente venezolano, el 3 de Enero de 1892, en Manicuare, prolongación de Araya, a orillas del Golfo de Cariaco, desde donde se divisa Cumaná, la capital del Estado Sucre. Un pueblo muy pobre, colmado de soledad, pescado y sal; en una época de guerras internas, de autoritarismo institucionalizado, durante el Gobierno de Juan Vicente Gómez. Allí transcurre su infancia, siempre a la orilla del agua o mar adentro, entre botes, peces y atarrayas. Porque fue eso, un niño y adolescente sembrado en el mar y un hombre a quien le naufragó el mar en la sangre.

“Manicuare es un puñado de mar, un puñado de gente y un puñado de tierra” (Poeta Víctor Salazar).

Desde su niñez, Cruz María se adueña del afecto de su pueblo, que lo supo comprender en sus juegos de trucos a los que era tan aficionado, sus parrandas decembrinas y sus poesías. De boca de Mano Catire, folklórico personaje de Manicuare, escucha cuentos, leyendas y canciones que aprenderá y cantará en las fiestas de Cruz de Mayo.

Con el aporte familiar, estudia sus primeras letras con las maestras Carlota y Petra González y después, en la Escuela de Pedro Luis Camejo en Toporo, calle de Cumaná, hoy conocida como: “calle de los telares”, “calle Cantaura” o “calle Cedeño”, y los últimos grados, los cursa en el Colegio Nacional de Cumaná , muy lejos de su natal Manicuare ( hoy día, a dos horas de un insoportable periplo terrestre), logrando culminar la primaria a los 12 años en 1904.

Los estudios secundarios los realiza en el Liceo Federal a cargo de Silverio González (hoy Liceo “Antonio José de Sucre”), obteniendo el título de bachiller en 1910 a los 18 años de edad.

El mismo año 1910, ingresa a cursar Ciencias Políticas en la Universidad Central de Venezuela y en 1911 a los 19 años, escribe su primer poema, cargado de gran intuición y fuerte premonición:

“Cielo y Mar”

“… y pienso con oscuro pesimismo / que mi ilusión está sobre un abismo / y cerca de otro abismo // mi esperanza.”

“Cielo y Mar”, lo dedica a su inseparable amigo el que será, el insigne poeta José Antonio Ramos Sucre, paisano, contemporáneo, condiscípulo y compañero en la poesía y la tragedia. De esta época, es la única fotografía que dejó Cruz Salmerón, la de un joven muy bien parecido, de facciones fuertes y abundante cabellera oscura.

Su amor será Conchita Bruzual Serra, una mujer nativa de Cumaná, a la que él llamaba “Cordera”, y para ella, son la mayoría de sus emocionados poemas.

“Mirándonos”

“ Porque cuando me miras y te miro / sale volando tu alma en un suspiro / y embriagada de amor cae en la mía.”

Fue colaborador en publicaciones como: Satiricón, La U, Claros del Alba, Elite y Renacimiento en Cumaná; El Universal y El Nuevo Diario en Caracas y “Broche de Oro” en colaboración con José AntonioRamos Sucre.

En 1912, a los 20 años de edad, estudiando el segundo año de la carrera, comienza a sentir dolencias en los brazos y adormecimiento en las manos, acude a los médicos Felipe Guevara Rojas, para la época, Rector de la Universidad Central de Venezuela, y a Juan Iturbe, quienes lo examinan detenidamente. El diagnóstico es fatal, crudo, doloroso, el poeta había contraído el que la Biblia llama “inmundo mal”, “el mal de los malditos”, la lepra, el mal de Hansen, y ser leproso, era exponerse al asco y al desprecio, a que su propio pueblo lo execrara con muecas de repugnancia y terror al contagio.

Le aconsejaron los doctores que regresara rápidamente a su tierra y se escondiera, antes que las autoridades sanitarias lo aislaran forzosamente condenándolo al Degredo, isla del lago de Valencia, donde funcionaba un hospital para enfermos contagiosos y un penitenciario, Según testimonio de su amigo Dionisio López Orihuela, Cruz Salmerón no se rindió inmediatamente, siguió estudiando y así, completó dos años de la carrera, hasta 1913, cuando cursando el tercer año, el dictador Juan Vicente Gómez clausura la universidad y el poeta regresa a su pueblo. El abanico de la tragedia se había desplegado en su vida, una hermana Encarnación, muere al siguiente día de su regreso, su hermano Antoñico es asesinado por un jefe civil del pueblo, y el poeta que aún no mostraba los estragos de la enfermedad, afrenta esta muerte y es encarcelado, al año lo sacan de prisión para que no contagie a los demás presos, considerando, que su muerte sería cosa de breve tiempo. Pero, aún le quedarían 15 años, los más penosos de su existencia.

Su aislamiento voluntario será en Manicuare, en una playa desolada, que encontramos después de atravesar las Salinas de Araya, donde la historia mira al mar desde lo alto con la misma lejanía que elige el pescador para divisar el cardumen:

“Un hombre atrapado en una maldición con el océano infinito

y libre al frente” (Ramón Alberto Escalante).


Allí se refugia el poeta; en una casita construida especialmente para él, sobre una pequeña colina a la orilla de su mar. Una casita-reclusorio, de un solo cuarto, con una sencilla cama individual y una tina de cemento para que se bañe cuando la invalidez ya no le permita hacerlo en su océano.

XIII

“Ayer pinté la puerta de mi casa

de azul la ventana también

sólo tengo mi cama

una pequeña mesa y una silla

no quiero muebles

donde pueda sentarse la tragedia”


(“Regreso a Manicuare” Julieta León)

Será el lugar de destierro físico y espiritual (hoy, la casa es conservada con esmero por los jóvenes del Centro Cultural Cruz Salmerón Acosta y un Museo en el lugar donde sus padres vivieron, un Liceo, además, una Biblioteca, una Parroquia, un Municipio y unas canciones de Alí Primera … llevan su nombre.

“La canción de Salmerón
el que la vida cambió
por un día de lluvia
porque su pueblo moría de sol.”



(“Canción cumanesa”, Alí Primera)


El poeta “logra” pese a sus enormes sufrimientos físicos, a su brutal aislamiento, a su dolorosa y agobiante soledad, resignarse y afrontar con conformidad su realidad, glorificando en vida la desintegración del cuerpo, cincelando el patrimonio de la muerte como una lápida en sus poemas.

En 1923, cuando Cruz María tiene 21 años, otro poeta cumanés, Andrés Eloy Blanco, regresa triunfal a Venezuela con su “Canto a España”, entrando al Golfo de Cariaco en un buque que lo trae desde Madrid. Cruz Salmerón, desde su aislada ribera, le declama en voz alta su poema “Bienvenida” y se lo envía con un pescador de la localidad.

“… Desde mi sombrío y eterno retiro
esta tarde, el buque donde viajas, miro,
y sufro mirándote ante mi pasar,
pues quiero y no logro dar unas palmadas
con mis dolorosas manos mutiladas
que ya ni la pluma pueden empuñar…”

Mas no es un solitario generacional, es, un admirador ferviente de la poesía medieval, de la renacentista castellana y del poeta nicaragüense Rubén Darío. Por ello, es de esperarse que su creación literaria, no posea las características determinantes del movimiento Modernista que ya se iniciaba en Venezuela, tales como renovación métrica, léxico de efecto exotista, referencias a culturas lejanas, neologismos y la maravillosa orfebrería de la metáfora.

Su poesía se enmarca en la etapa de La Transición, del Clásico a La Modernidad en Venezuela. Sencillez con dimensión mística de la palabra, recreando la belleza sonora de antiguas tradiciones rítmicas en el verso, la religiosidad y el imaginario medieval; ingenuidad, candidez, el hipérbaton tan característico de los períodos cortesanos de la literatura española del siglo XV y del Barroco, que trastrueca el “orden normal de la frase”, los encabalgamientos frecuentes, cortando la frase final inacabada de un verso y continuándola en el siguiente , herencias del medioevo y del clasicismo renacentista. Predominio de conceptos como tormento, esperanza, amor, pesimismo y muerte, que lo acercan tardíamente con el Romanticismo venezolano, siempre con la búsqueda religiosa como centro. Un dolor sin agresividad, sin ironía, sin sarcasmo, sin desconfianza, sin rebeldía y sin reproche, que asoma a los prerrafaelistas y nos recuerda este anónimo español del S. XVI:

“No me mueve mi Dios, para quererte / El cielo que me tienes prometido / Ni me mueve el infierno tan temido / Para dejar por eso de ofenderte (…) No me tienes que dar porque te quiera: / Pues aunque lo que espero no esperara, / Lo mismo que te quiero te quisiera.”

La sencillez de sus epítetos: “claro cielo”, “dulce madre”, “tierna mujer” “fresca hierba”, “divina belleza” , “oscura noche”, “blanca luna”, “rosados sonrojos, “verde añoranza”… expresados en su elemental contingencia desvinculada del contingente, convertidos en imágenes místicas, que lo identificarán con la tradición del cancionero renacentista y su herencia medieval, en un deseo de entregarse a la “suprema voluntad”. Ráfagas de idealismo, sobrevuelan en ruiseñores, alondras, cisnes,… aves muy difícilmente vistos en Manicuare, en búsqueda de la divinidad, compartiendo con Rubén Darío sus solitarios árboles, su océano, su colina,… revistiéndolos de su animosidad espiritual interior.

“Desolación Espiritual”
“…Quiero caminar a tanta poesía / Que habla a los ojos y a la mente encanta, / Pero la alondra de la musa mía / Aún sin querer solloza cuando canta…”

Para el “solitario de la cima de Manicuare”, la esencia, la fuente secreta de vida, el Grial, está en la mirada de la amada, y cuando para ella escribe, es un rezo para invocarla. La mujer, dulce, inspiradora de ensueños, su corazón como emblema de sentimientos, su mirada …

“Mirada Fatal”

“Miróme ayer una mujer hermosa / Y su presencia me causó tortura / …

Y hoy tengo el corazón más adolorido / De vivir vanamente deseando / Sufrir de nuevo la mortal tortura, / De ser visto otra vez por la hermosura / Que con mirarme ayer me dejó herido / y con mirarme hoy, me está matando.”

Escribir poesía para Cruz María Salmerón Acosta, es orar, arrodillarse, pedir perdón, anhelar amor, dejar de preguntarse el por qué, hallarse entre los muertos cuyas voces retumban entre las piedras, el papel y la orilla del mar.

Su obra cumbre, el soneto:

“AZUL”

Azul de aquella cumbre tan lejana
hacia la cual mi pensamiento vuela,
bajo la paz azul de la mañana,
¡color que tantas cosas me revela!

Azul que del azul del cielo emana,
y azul de esta gran mar que me
consuela,
mientras diviso en él la ilusión vana
de la visión del ala de una vela.

Azul de los paisajes abrileños,
triste azul de los líricos ensueños,
que no calman los íntimos hastíos.

Sólo me angustias cuando sufro
antojos
de besar el azul de aquellos ojos
que nunca más contemplarán los
míos.

No hay cabida para el tiempo vertiginoso, el espacio limitante, las desazones de la pasión, es el aquí, sin cuestionamientos complejos y el allí, el más allá; es la vida-no vida, y la muerte-no muerte. Apostar a abandonar la materia yaciendo en el templo del cuerpo.

Y…Cruz Salmerón yace, siempre yace en su templo interior, entre ritos medievales y ritmos pre-renacentistas, envolviendo su limitado mundo con mirada agónica, su idealismo con evasión, en la búsqueda de una imagen única de la divinidad.

VI

“Mi calvario es azul

como mi muerte”
VIII

“Mi calvario es azul ( …)
como la mar profunda
como la bóveda del cielo (…)
mi calvario es azul
como la orilla
por donde corro y me derribo grito me enajeno (…)”

(“Regreso a Manicuare” Julieta León)

Durante el mes de Julio de 1929, Manicuare sufre los estragos de una fuerte sequía, el ardiente sol castiga las polvorientas casas, las arenosas calles, los árboles y sus pájaros. Los hombres y las mujeres desesperan acosados por la falta de agua, el poeta en su agonía les dice:

“…no se vayan nunca de este pueblo, / no blasfemen, no renieguen de Dios, / mañana cuando llegue al cielo / le voy a mandar bastante agua.”

Y de repente, escribe, desgarrando por primera vez en sus versos, toda la dignidad de su rebeldía contenida, asfixiada por la enfermedad y su mística resignación:

“El poeta lacerado”

Soy hombre porque soy libre, / Y soy libre porque he decidido / Someterme al rigor de un dolor / interminable. “

(he decidido… yo he decidido….)

El 29 de Julio de 1929, en Manicuare, Cruz María Salmerón Acosta, se confundió con aquel al que tantas veces le cantara… y… ese día…llovió en Manicuare, el recuerdo de aquella lluvia, aún permanece en la tierra, en los ancianos y en quienes anhelan preservar la memoria de este poeta.

Una recopilación de sus sonetos “Fuente de Amargura” se publicó por primera vez en 1952, por LAV (Línea Aeropostal Venezolana) y por la “Sociedad Damas Azules Cruz Salmerón Acosta”; en 1967 por la Colección Cultural de la Cámara de Diputados de Caracas y por el Congreso de la República; “Azul de Manicuare”, por Larrazábal Henríquez Oswaldo, Caracas, Colección AVANCE Nº 33, U.C.V. 1971; ******* el Concejo Municipal del Distrito Federal en 1972, en 1980 por la Biblioteca de Autores Sucrenses y Temas de Cumaná. En 1993 Monte Ávila Editores Latinoamericana C.A., publica “Vida somera: cantos al mar, al amor y a la muerte de Cruz Salmerón Acosta” por Fernando Paz Castillo; “Regreso a Manicuare” por Julieta León (inédito).

Instituto de Investigaciones Literarias, Facultad de Humanidades y Educación, UCV,1991-1992.
Para 4/18/02 los trabajos de investigación de esta edición son: “El poeta de Manicuare: signo popular de identidad estética”, Pilar Almoina de Carrera / “Cruz María Salmerón Acosta: regresar una vez más a Manicuare”, Osvaldo Larrazábal H.

A partir de esa fecha, su obra, se ha seguido publicando por diferentes autores y entidades culturales.
En 1984, se filmó en Venezuela la película sobre su vida “La casa de agua”, del director caroreño Jacobo Penzo, Premio Nacional del Cine Venezolano.(Siguen otros
trabajos sobre el poeta)


PÁGINA SUELTA.
Oye viajero: si alguna vez vienes a Venezuela, no dejes de pasar por el Oriente, por
ahí está Manicuare, azul como siempre;aún se siente la tranquilidad y la nostalgia de ese lugar que guarda los latidos del martirio de un poeta; un ser humano que se fue cayendo a pedazos, y que sólo tuvo al mar como testigo de sus más caros sentimientos, y ese cielo que se pierde entre las olas lejanas de una mar que tanto lo acompañó. Hace cuatro años visité el lugar, fue durante un Congreso de Escritores con motivo del Premio y Bienal "J.A. Ramos Sucre", no dudé en buscar
un barquito de los que realizan viajes de Cumaná a Manicuare y visité el Museo en homenaje al poeta del Azul como se le conoce; ahí el sitio del baño, cemento sólido la bañera, quizás para preservar la limpieza del cuidado diario del enfermo; esto me impresionó: era lúgubre, sombrío como la soledad y se siente como que no existe respiro en ese lugar, tan quieto; apacible como la lejanía, siempre presente detrás de las montañas que se miran desde todos los ángulos posibles. Uno regresa con el alma sumergida en una paz extraña, con ese olor a sales y aguas y ese temblor de peces a la orilla. Sólo 15 minutos de tierra firme a Manicuare; vale la pena acompañar al poeta, que murió de tan solo, que se fue de tan solo y se quedó para siempre.
Teresa Coraspe.

Apuntes de Rafael Rattia, sobre Blanca Varela.

Blanca Varela: Poesía Escogida (1949-1991)


Cómo no agradecer la infinita bondad que emana de esa fuente inagotable de amor, sabiduría, paciencia y comprensión que es la escritora María Cristina Solaeche Galera; en uno de sus sorprendentes gestos de obsequiosidad que la distinguen me envía un libro de la magnífica poeta hispanoamericana Blanca Varela (Lima, Perú, 1926) publicado por la prestigiosa editorial barcelonesa-española ICARIA en Mayo de 1993.

De la poeta Varela los lectores latinoamericanos sabemos tantas cosas como es posible saber de la vida de escritores que alcanzaron la universalidad tempranamente, antes de los treinta años. Proviene de una respetada estirpe familiar integrada por escritores y artistas limeños en cuyo seno forjó su singular sensibilidad y disposición hacia las letras y particularmente hacia el lenguaje poético de raigambre universal. Comenzando la década de los años cuarenta del siglo XX se alista en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Mayor de San Marcos en Lima, donde abreva de las fuentes primordiales de la poesía española y especialmente de los grandes exponentes de la lírica tributaria del siglo de oro. A finales de dicha década, en plena mitad de la pasada centuria, arriba a la capital cultural del mundo, París, en compañía de su esposo el notabilísimo pintor Fernando de Szyslo, donde se incorpora a las románticas y bohemias conversaciones que escenificaron hombres de la estatura intelectual como Octavio Paz, el alucinado poeta César Moro, el mexicano universal Xavier Villaurrutia. Antes de marchar a París ya Varela conocía muy bien y con propiedad la poesía gongorina y había estudiado a Quevedo íntegramente, pues sus estudios formales de Letras y Educación la familiarizaron hondamente con lo más granado de la lírica hispana de su siglo y de la época precedente. Cuando la poeta se incorpora a las discusiones legendarias que protagonizaban artistas y escritores en los míticos "Café de Flore" y "Café des Etats Units" ya la escritora se había leído a Gerard de Nerval, el famoso poeta suicida de la linterna, conocía como pocos poetas al inmenso autor del golpe de dados, Stephan Mallarmé, había leído con fruición a Eliot y recitaba versos completos de Rainer María Rilke. Su apasionada entrega a la poesía universal le lleva a trabar amistad con sensibilidades de la talla de Javier Sologuren, José María Arguedas y, como queda anotado en líneas arriba, César Moro.

La vida intelectual de Blanca Varela es en sí misma una enciclopedia abierta e interminable: en París conoce y hace amistad con el inigualable narrador Julio Cortázar y se hace amiga del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. En 1951 la poeta conoce al filósofo francés Jean Paúl Sastre y a su compañera Simonne de Beauvoir; de igual modo entraba amistad intelectual con el pensador Henry Michaux, Giacometti, Legar.

La poesía selecta (escogida) que reúne este libro editado por ICARIA nos permite a los lectores un acercamiento holográfico a una de las voces más acendradas de la lírica hispanoamericana del pasado siglo. En todas las páginas de este programa poético de Varela está contenido lo que se podría denominar su ars vitae. Una visión lúgubre de la existencia impregnada de un delirante élam surrealista o parasurrealista en el que destacan rasgos insoslayables de una metaforización legataria de una extraña y nada común forma de ver la vida e imaginarla con registros mentales extraordinarios para la época. Sin más preámbulos veamos una muestra elocuente de su desgarrada lírica doliente:

"Sé que estoy enfermo de un pesado mal, lleno de un agua amarga, de una inclemente fiebre que silba y espanta a quien la escucha. Mis amigos me dejaron, mi loro ha muerto ya, y no puedo evitar que las gentes y los animales huyan al mirar el terrible y negro resplandor que deja mi paso en las calles. He de almorzar solo siempre. Es terrible." ( p.21)

Quien conozca la terrible y acusadora escritura aforística de E.M. Cioran puede advertir evidentes zonas de coincidencias con el pesimismo incorregible del pensador rumano. Los versos arriba transcriptos me devuelven al oscuro malditismo literario que exhala el célebre "Breviario de Podredumbre" del king of pesimist.

Estos textos poéticos de Blanca Varela están concebidos bajo el irrefrenable impulso vital de un tono sacrificial; hay una queja lancinante que hiere y lastima las fibras más sensibles de nuestra estructura psíquica-emocional. Como una condenación, la poesía de Varela devela la constitutiva abyección e infamia de lo bajo, lo terrenal, en fin; lo humano está condenado por adelantado a descomponerse. Como si sus poemas nos advirtiera un reproche incontetable: todo perecerá, todo lo que respira pronto será algo menos que carroña fétida y pestilente.

"Ni una hoja caerá,
Sólo la especie cae
Y el fruto cae envenenado por el aire.
No hay centro,
Son flores terribles
Todos estos rostros clavados en la piedra,
Astros revueltos, sin voluntad.
Ni una hora de paz en este inmenso día.
La luz crudelísima devora su ración.
El mar está lejos y solo
La tierra impura y vasta."


Entrar en contacto con esta poesía es lo equivalente a ser tocado por la gracia de una poesía espectral y terrible. Tal pareciera que la escritora nos congregara a sus lectores en una asamblea de hombre tristes que escuchan alelados sus poemas como se escucha un mantra milenario bajo los efectos de una especie de epilepsia auditiva.

Leer esta poesía es una aventura estremecedora capaz de remover los cimientos de nuestra cosmovisión poética. Sólo los libros que nos hacen "otros" al término de la lectura de su última página merecen ser tenidos por tales y éste de Blanca Varela es uno de ellos. Por lo demás, menester es acotarlo antes de que se nos escape; si un libro no nos emplaza y conmina a vernos en sus páginas con nuestras miserias y esplendores, si no es capaz de recordarnos que somos hijos de una época y nos recuerda la necesidad de la humildad de nuestra condición frágil y efímera, entonces, ¿valió la pena leerlo, quiero decir, re-leerlo?


En alguna de sus ígneas e iluminadoras páginas dice la escritora:
"Soy un simio, nada más que eso y trepo por esta gigantesca flor roja

(…)

Tal vez soy el único viviente, el que se mueve, respira y se queja.
El único en dar vueltas y girar sobre el lodazal y la culebra. El trompo,
El girasol humano, velludo y limpio, el cantor solitario, el anacoreta,
La peste. Soy, indudablemente, el que se oye, respirando, tejiendo
Para atrapar el acto, el testimonio erizado de ojos y lenguas todavía
Temblorosos, todavía con recuerdos".

Rafael Rattia, Venezuela
Autorización del autor para este Blog.

Sunday, November 26, 2006

Pasarelas de Mensajería ( Dinapiera Di Donato)

Sargento Josanna Jeffrey
Gritos en el horno
¿ no es Janis Joplin?
no son conciertos para muñecas suicidas
ponte a salvo
ven
Un año en Irak no es mucho tiempo
Josanna mía mi aliento de bambú

Robaría a Josanna Jeffrey
para el tiempo que nos queda en tus brazos
breves humedales de Mesopotamia
Josanna Jeffrey con sus piernas sedosas
mitones de lujo negro

es la Ibis sagrada
en la mira

Temo la ponzoña del tatuaje
en un cerebro de Caballero del Stormfront
al acecho

Josanna Jeffrey mi centinela de trenzas escarchadas
más bella que Central Park en invierno
tatuado de azafrán
firmado Christo

la noche de Nínive bajo su casco de guerra
vas a necesitar las uñas
que dejas en mi cama

el cielo de Irak te proteja

El cielo de Irak para saltar de su rama
justo a tiempo

en el fuego amigo
caballero armado del Ku klux klan por internet
cuida la manzanilla de su vello ario
cuando nadie lo ve

las bajas destripadas de vello oscuro
corren de su cuenta

Huelo la ponzoña de sus ritos de baja intensidad

Voltea
Salta
Josanna Jeffrey

Eres negra eres el cielo de los reyes
reina de Bagdad mi novia del Bronx

ruido de la caña los ojos de bengala quebrada

Josanna Jeffrey dispara primero

ven

amo sus riñones preciosos
perdidos
en un experimento de Basora
días calientes lamiendo entre tus piernas
en un descansador de pantalla
helada

como una quemadura de Mosul

Vuelo de bambú doblado
tu aliento de violetas de menstruante
Josanna Jeffrey
perdió el interés de la industria farmacéutica
Tus riñones de treinta mil dólares
tus violetas
nada

enroscada en el descansador de pantalla
como en un vientre
descansa en mí

lamo la flecha agujeteada sobre mi corazón
te doy de mamar
toda la pornografía que hemos hecho
para poner los delicados paraísos
a salvo

carne amada putrefacta
se abraza al polvo de 10.000 sitios arqueológicos
destilados de violetas
irrepetibles
para extraer
tres gotas de aceite

ese animal
suelto en un libro de monja
un dedo de mi pie
en tu apertura de bambú

cómo te gustaba

dijo que al volver tendría una hija
Nasiriya

tampoco volvieron las aves

para retenerte me juego
la carta Josanna Jeffrey:
érase una vez las amantes
perdidas
en fuegos amistosos que declaran
la guerra de cada quien

las sobrevivientes las felices infelices muchachas
arrasadas devueltas de reyes recién muertos un año después

gritos en el horno

retiras la cabeza
como un pavo dorado
que todavía
hay que punzar
Josanna Jeffrey
sin pena ni gloria

no vienes

la última cerilla
es para la oscuridad

Upata-Edo. Bolívar, Venezuela.
Residenciada en Nueva York.

Saturday, November 25, 2006

ESE AMOR, (el de Yann Andréa por Marguerite Duras)

¿ Quién es esta persona que lleva ese nombre? En forma textual dice la portada: "Es imposible vivir conmigo, con un escritor, es imposible, lo sé". Solía decirle Marguerite Duras a Jann Andréa, su último amante. Y sin embargo la célebre escritora y ese joven desconocido vivieron juntos la historia de amor más compleja, poética y "durasiana" que jamás se haya contado.

En el libro "Ese Amor", Yann Andréa cuenta cuándo la conoció, los cinco años que pasó escribiéndole sin conocerla, era el año l975, y cinco años duró la correspondencia que ella recibía sin contestarle, hasta que un día (l98O), al llamarla por teléfono ella le dice: "Venga a verme". El va y se queda para siempre. Ella tenía 65 años, él 27. Un caso Freudiano, tal vez. Yo no lo sé. No se separaron nunca hasta la muerte de ella el 3 de Marzo de l996. ¿Qué otra explicación cabría para la gente común? Yo tampoco lo sé. Y no hubiera sabido de ese nombre: Jann Andréa, creado además por la conocida escritora y cineasta de quien había leído hace tiempo un guión bellísimo: "Hiroshima mon amour", que se hizo inolvidable para mí, y que está incluido en el conjunto de textos seleccionados en el libro: Sexualidad y Erotismo, (Monte Avila Editores, l97O) de varios autores, y que aparece subtitulado: Sexualidad Provisoria, que en realidad no lo fue tanto, porque así como quedó en la memoria del lector debió grabarse en quienes lo vivieron si no fue sólo un acto de creación de Duras. Y ahora, después de todo ese tiempo transcurrido, en el diario "El Nacional", un día Domingo, de hace algunas semanas, por azar, una publicidad de una librería de Caracas, donde se promocionaba el texto en referencia. Llamé al número indicado. Sólo silencio. Insisto. No recibo respuesta. Llamo a Josefa Zambrano, gran persona, extraordinaria amiga, narradora, ensayista y para completar criminóloga, quien con ese gesto de amistad me lo hizo llegar rapidísimo y con una fotocopia anexa de una carta que la Duras le enviara a Marie-Pierre Fernandes y de quien podemos conocer en detalle leyendo la obra de Josefa: "Taumaturgias del Verbo", Predios- ensayo, l999. Cuando recibo el libro, su primera lectura me conmueve, quizás no tanto por el estilo que imita al de MD., y las imitaciones nos desagradan, sino, por esa historia de amor tan conmovedora; esos sentires tan auténticos como si desde los tiempos del Romanticismo alemán: Novalis, Heine, Hölderlin, vinieran a instalarse en el alma de algunos seres que tienen el privilegio de sentirlos. Y Yann es receptor de la magia, tiene fibra y se conmueve y así con una pausa tan lenta como suave nos va narrando como otro guión superpuesto al de Duras, donde evoca cada detalle, con un lenguaje cinematográfico increíble, la historia de Ese Amor, y así uno va siguiendo párrafo tras otro situaciones que han sido vividas y que se van desnudando como una cámara entre los ojos.

La relectura la hago obligada, así como este texto, por el comentario de un amigo a quien yo le regalo una fotocopia de "Ese Amor", y surgió alguna divergencia interpretativa del mismo, aquí explico para él y los que lean estas páginas, mi punto de vista sobre lo que Yann Andréa publica en recuerdo de Duras.

El libro se va leyendo o se deja leer solo, y eso es importante para el lector. Nos cuenta una historia vivida (vida-autor-obra) en un estilo directo, sencillo, sin pretensiones intelectuales, ¿falla? ¡En absoluto!, donde no tan sólo la biografía, sino la autobiografía, nos involucran en momentos desgarrantes, soportados por Yann que surgieron a la muerte de Duras, ese fatídico 3 de Marzo de l996, a las ocho de la mañana, un día Domingo, tal como lo describe: "en esa habitación de la calle Saint-Benoit", en París. Es un universo que el vivir diario fue creando, día a día, con sus minutos y sus horas, con las mañanas y las tardes, donde la cotidianidad no puede faltar. ¿Acaso falta en alguna vida?, pero... un lugar de lo cotidiano enaltecido por el arte, el inmenso de Duras por la escritura y que Yann supo tan alto valorar: "Todos los hombres a sus pies cuando usted quiera...sin ningún miedo de su parte y los hombres lo temen. No quieren esa clase de mujer, esta inteligencia que ve la debilidad de los hombres, su torpeza irremediable. No se soporta a alguien que ve hasta ese extremo. La abandonan. Encuentran a otras mujeres, bellezas, tocados, perfumes, conversaciones perfectamente nulas, eso no importa, lo prefieren.

La dejan. Yo no. Yo resisto. Insisto. Me quedo". Y Yann se quedó para siempre, hasta ese final, porque ese amor comenzó con una verdad: Unas cartas. "Venga usted"; pero también pudo haber comenzado con una mentira: la historia de una mujer con un gorrito, en algún museo del mundo, en una ciudad cualquiera con un río, o no; aquí o en París, con el Sena; porque así comienzan los amores con verdades o mentiras. Y cuando leemos este libro a uno le pareciera que la vida nuestra es inconclusa, fútil, banal. ¡Cuánto se necesita de una experiencia como la narrada en Ese Amor, para sentir que la vida sí tiene sentido de ser vivida; no tan sólo por la ansiedad de la escritura, sino por la necesidad del lenguaje del cuerpo, y las ansias y todo lo demás: como decir: ¡Me gustas!, y que esta sola palabra encierre todo el universo del amor.

"Una habitación en Hiroshima. El, un japonés.
Ella, una francesa. Se encontraron el día anterior.
Pasaron la noche juntos.
Ahora es la madrugada".
"...me gustas. Que acontecimiento
Me gustas". (Hiroshima, mon amour, Marguerite Duras.)

Teresa Coraspe, 2002,Ciudad Bolívar-Venezuela.
teresacoraspe@cantv.net

Friday, November 24, 2006

y seguimos con Nerval, ¿por qué no?...

"Resolví capturar el sueño y arrancarle su secreto. ¿Por qué, me dije,
no forzar por fin esas puertas místicas, armado de toda mi voluntad y
dominar mis sensaciones en vez de soportarlas pasivamente?... Nunca he
sentido que el dormir sea un descanso. Después de un sopor de algunos
minutos, comienza una nueva vida emancipada de las condiciones del tiempo
y espacio y semejante, sin duda, a la que nos aguarda después de la muerte.
¿Quién sabe si será posible al alma, unir desde ahora esas dos existencias?
Desde ese momento me esforcé en buscar el sentido de mis sueños y esa
inquietud influyó sobre mis reflexiones del estado de vigilia. Creí comprender
que entre el mundo externo y el mundo interno existía un vínculo..."
(Tú qué crees...)

El Desdichado, de Gerard de Nerval, ( o lo eterno)

Yo soy el tenebroso, el viudo, el desdichado,
príncipe de Aquitania de la torre abatida:
mi sola estrella ha muerto, y mi laúd constelado va/
mostrando
el sol negro de la Melancolía.

En la noche mortuoria, tú que has sido un consuelo,
vuélveme el Pausilipo y el viejo mar de Italia,
la flor que tanto anhela mi corazón herido,
y el árbol donde se unen el pámpano y la rosa.

¿Soy Amor o soy Febo?...¿Byron o Lusignán?
Mi frente aún esta roja del beso de la reina.
He soñado en la gruta que alberga a la sirena...
y dos veces triunfante mavegué el Aqueronte,
modulando a intervalos, en la lira de Orfeo,
las voces de la santa y los gritos del hada.
(G. de Nerval)

"Los dioses son letras; las letras, ideas;
las ideas, números; y los números signos perfectos";
quizás una buena interpretación del poema, tomado
de: El Ocultimso y la Creación Poética, de Eduardo Azcuy.

Thursday, November 23, 2006

Desde la Isla de Coche a Sabona (Italia)

ELENA FERNÁNDEZ: EL TERRUÑO DE LA MAR Y LOS CLIMAS EPOCALES

Angel Américo Fernández

Venezolana, de ancestros que hunden sus raíces en conchas y caracolas de la Isla de Coche es Elena Fernández, artista consumada de la pintura al fresco sobre una diversidad de superficies y radicada desde hace unos tres años en Italia. La viva intensidad de sus pinturas muestra el amor al terruño volcado en colores fulgurantes sobre imágenes del recuerdo desplazadas por los tiempos que evocan la sal y la arena insulares , el zarpar de los bajeles del viejo muelle de Salomón, las diversiones Decembrinas alusivas a la fauna pesquera donde desfilan desde pulpos y caballitos de mar hasta pargos-gallos, carites y corocoras, las escenas cotidianas de las jornadas laborales de la vieja salina, los sueños prolíficos de pesca, el entierro de la abuela bailada a las puertas del cementerio por las matronas isleñas en su atípica urna color púrpura y, en fin, todas aquellas vivencias que han marcado una historia vital relatada ahora en trazos de pincel.

En estos relatos pictóricos emerge una subjetividad rica y pletórica que atesora querencias, pero también anhelos, en una tarea de reconstrucción del tejido semiótico-lingüístico y vivencial que ha servido de lecho y de magma para los sueños, para apalancar nuevas dimensiones de sensorialidad, para sedimentar sentimientos y fraternidades.

Y es que en Elena habita un mundo trenzado de sensibilidad, abroquelado de un mestizaje de experiencias de alegría, dolor, contemplación, entrega, trabajo, seducción por la tierra de magia y de nácar portada en el tesón de sus navegantes y pescadores.

Es una pintura fresca, a ratos ingenua explícitamente, pero que juega con los intersticios, con los resortes subjetivos, que sabe tranzar la apuesta con lo onírico, que sabe de la dialéctica entre lo consciente y lo inconsciente, que se desplaza al filo de los diversos juegos del lenguaje. Sus trazos revelan delicadeza, pinceladas minimales y franca atención a los detalles. La Combinación de colores es también impresionante y compite de igual a igual con la caracterización de los rostros, aún en los cuadros de menor extensión.

Una segunda parte de la obra de Elena, la que se ha desarrollado profusamente en Italia, explora nuevas posibilidades de expresión. En un transbasamiento marca un micro-clima epocal de la creación pictórica que implica nuevas búsquedas, nuevos territorios de exploración, una nueva hermenéutica del sentido. Esta parte muestra a una pintora del mundo, una artista del globo terráqueo, sensitivamente atrevida que es capaz de dialogar no sólo con lo concreto, sino con lo posible, que transgrede lo real, que explora tensando los límites de la imaginación, que apunta a los misterios y la complejidad del mundo porvenir. Una muestra palmaria de ello está representada en su obra Appuntamento con il futuro (cita con el futuro), donde interroga desde su arte los laberintos del tiempo por el cual se aguarda.

Pero también es posible encontrar cantos de excelsa poesía expresados en sugerentes pinturas sobre leño como Fertilitá, donde experimenta con nuevas técnicas y trabaja el acrílico.

En síntesis, estamos en presencia de un trabajo que abarca ciertamente múltiples posibilidades, un trabajo ambicioso que está en curso y desde el cual podemos esperar aún un despliegue de mayores potencialidades. Mientras tanto la obra de Elena se va afirmando con fuerza propia en el mundo artístico y ha expuesto, entre otros, en el festival Portale de Sao Paolo Brasil, en Nápoli Italia, Parma Italia, en el festival de arte Latinoamericano en Margarita y también en Madrid España. Actualmente, Elena está radicada en la ciudad mediterránea de Sabona, desde la cual continúa labrando la impronta de su plástica.

Wednesday, November 22, 2006

FATAL PRESENTIMIENTO, poema

Soy Yocasta/tomo miel y yerbas para amamantar a Edipo
que duerme entre mis brazos
Yo lo beso ante el invierno próximo
y él bebe su alimento de mis labios
mientras sus manos inocentes
descansan en mis senos

Quiero que sea alto y fuerte
como los árboles de la selva virgen
Lo veo ir y venir y sé que será apuesto
porque es inteligente este Edipo
A veces siento temblor de lo que pienso
en relación a como va creciendo y se aproxima
L e n t a m e n t e succiona con deleite del pezón erquido
Le acaricio su rizado cabello
y un extraño éxtasis me recorre
como un fatal presentimiento.
(Inédito, 2002, teresa coraspe)

POEMAS DE NINA REIS- BRASIL.

HAY MUJERES POR LAS MAÑANAS
deshilando flores y aguas frías
vestidas de vírgenes vapores
o desnudas lobas de espumas

hay mujeres por las calles
añejas siemprevivas
brotadas de vidas
como un bailado de cigarras
loco y embriagador
otras agotadas
olfatean sus crías
encantados claveles del medio día


BROTAN MUJERES DESHOJADAS EN MI
atlánticas
mediterráneas
pacíficas
mujeres que vigilan escombros y buitres
pétalos de carne hacia al paraíso
mujeres con muerte emboscada en las entrañas
destiladas de otoño
ojos mareados
y vientre de cometa

Brotan niñas circuncidadas en mí
con silencios hambrientos
acechados
sin sueños

Nina Reis, Brasilia, 2006

Tuesday, November 21, 2006

POEMAS DE ROBERTO BIANCHI, URUGUAY

VIUDEZ.

"Estaré vestida de negro
viuda de la vida".
Teresa Coraspe


Porque se puede enviudar del desconsuelo
de los giros planetarios
de la sonrisa atornillada a la mandíbula
se puede ser viudo de las caléndulas
o de los despertares

Nada nos garantiza no sobrevivir
a los más inciertos acontecimientos
donde algo se acabe sin nosotros

Ya ves
Teresa
con tu vestido negro
encima de la espalda
no has podido enviudar de la poesía

Roberto Bianchi-Uruguay
8 de octubre de 2004


MUY DIFÍCIL ENCONTRAR PALOMAS EN LOS ARENALES

"Ella camina lentamente pisa y mastica espinas
se resigna a que la vida duela con ese dolor lento
pero aún sueña".
T.C.

tal vez no lo sabe
pero está cifrada en calendarios
páginas inconsultas
lluvias marginales

tal vez lleva un circo en la nuca
una pirámide de alcance trunco
alguna vertiente de huellas

pisa la aurora con los tacos ebrios
y las vacilaciones
propias de los excluidos

después vendrá el recuerdo
como un ánfora
que se vacía sobre las espinas

Roberto Bianchi,21.12.2004

(hoy empieza el verano)

Sunday, November 19, 2006

OJO DE BUHO-----------------------teresa coraspe

DANIEL MONTOLY, ( República Dominicana)



Nos detenemos en una poesía que ha venido emergiendo por

etapas; diferente en cada recorrido, con una fuerza indetenible

donde la vida está inmersa y entrecruza con la imagen escondida

en algún baúl de sorpresas, que vamos encontrando al revisar en

forma minuciosa las numerosas páginas donde le han publicado

a este poeta dominicano, que desde hace varios años vive en los

Estados Unidos; y que siempre guarda la nostalgia del país donde

transcurrió su infancia. “Entre los cauces del miedo” es un poema

que de alguna manera me acercó a sus escritos, era diferente a

los pocos que había leído hasta entonces de Daniel, quizás fue la

atracción por los relojes, esa mirada hacia el tiempo, esa lectura

que tiene “la teogonía del reloj de octubre” cuando el poeta interroga
al viento en una atmósfera marcadamente irreal.

Enigmática es la poesía de Daniel Montoly, y lo es mucho más

cuando intenta penetrar los laberintos de la noche, y su pie

descansa en el umbral de las tabernas rodeado de un ambiente inhóspito,

ahí está él, interrogando a las sombras, dándole vida

a los recuerdos a los laberintos perdidos de la nostalgia; tratando

de buscar en los cafés algún vestigio del espíritu de Kerouac,

Ginsberg y muchos otros “extasiados de marihuana y cervezas”.

Aparecen imágenes transfiguradas de alguna otra realidad,

“pobres ornamentos de la nostalgia”, papel que siempre juega el

destino del poeta, como perderse en la abstracción, en el otro; ese

que nos mira y recrimina, que no sabe de ocultamientos, y Daniel

revela un rostro que se mira a sí mismo, nos regala flores de la

noche negra y blanca de la poesía, con imágenes de una extraña

belleza; ese licor amargo y dulce de la verdadera creación poética.



Ojo de Buho, guardían de la oscuridad, atento al tiempo y su

paso nos sumerge en esta lectura; poemas sueltos que andan por

ahí, quizás al azar, quizás no; nunca sabremos el designio de

las profecías que vienen desde las edades hasta nosotros los

mortales.



POEMAS DE DANIEL MONTOLY



ENTRE LOS CAUCES DEL MIEDO



¿Qué trae el viento

con la teogonía del reloj de octubre?

¿Por qué los cuerpos

se desvanecen en la fotografía de tus ojos?

Sin barcas del otro lado

del infierno

sin rastros o rumbos del cielo

de las escrituras.

Alucinados estrechan lazos con la tierra,

buscando guarecer sus formas

del azar o de los gnomos,

pero nunca escapan

del mecenazgo de la sombra.



Dos fragmentos del poema: FLORES DE VÉRTIGO
que puedes leer completo en: www.danielmontoly.blogspot.com




No fue hasta ayer mientras llovía a cántaros,

cuando logré descubrir de súbito la puerta:

las bisagras oxidadas olían a soledad legible.

Pobres ornamentos de la nostalgia.

Renegridas y sangrantes

como la identidad de los días en desuso

que gotean, mientras legiones de fantasmas,

emergen conquistadores de la noche…



para continuar:

Abandoné el café, “oliendo a flores de Kansas”

como escribiera Ginsberg. Borracho, andrajoso

y cansado de llevar el hedor de un cuerpo

y un nombre ineludible a la animadversión de la muerte

y excomulgado del todo.



LA RITUALIDAD DEL CÍRCULO



“ Soy incapaz de enternecerme con los vegetales”

-Charles Baudelaire-


El péndulo, frágil titubea

por la velocidad del viento.

la llama ineludible

lame el verdor de la aurora

con sus labios perennes

como presagio del silencio


Todo nace para ser eterno

y en su inmortalidad

la palabra muerte es una duda

en la mecánica del círculo.



CRÓNICA DE COTIDIANIDAD

(2003)


Los lunes si hay llovizna

llego cansado


Sin proponérmelo;


prendo la televisión

mientras huelo pachulí

de gatos en los rincones

Y mi mujer pone su rostro

de hipoteca atrasada.

Simulo ser un estúpido,

cantando una canción del setenta

con algo de marihuana

y cervezas, y algunos versos

de Charles Bukowski.

hay que ser cínico para vivir

en este podrido mundo,

se debe leer en el inodoro

las crónicas, las reseñas, el obituario

para relajar el ano y los músculos

trogloditas, cansados

por tantas secreciones políticas

de quienes roban a los obreros

para alimentar con sudor y sangre

a una maldita hoguera .*



CANTO DE UN DIVORCIADO

I

ME GUSTA CUANDO

me abofeteas. Tal

como una tromba femenina

me dices: " Esta noche

vas a dormir en el viejo sofá".

Yo no protesto.

Me quedo ahí dócilmente. Lo sé:

Más tarde me despertarás

con ganas de hacer ruido.

II

No tuve que ser inteligente

para saber quién eras.

Ver moverte esa noche,

bastó.


"Puedes conocer a alguien

con solo verlo caminar".

-Dijo mi madre alguna vez.


yo me ahorré, el salir de caza,

te conocí en una iglesia.

III


Sé, que estás por llamarme misógino…

Pero, anoche no opinabas lo mismo

a juzgar

por el volumen y frecuencia

de tus gemidos…


IV


Cuando te quedabas

a dormir en la casa

mi hijo fisgoneaba en tu sostén.

Por esa razón

no sobrevino respuesta

a tus insultos.

V

glamorosa y sexy.

Las mini, las tacones rojos,

el gorrito de enfermera

me gustaron, y aun más

las esposas, pero, más que la sorpresa

que dejaste para el postre.

Monday, November 13, 2006

Poemas de Lou, en el tiempo.

Me gusta su vino señor
su café tinto
ese olor que emana de su cuerpo
cuando la fiebre es un estallido
en los ojos
entre sus labios
y penetra la piel profundo
cuando respiramos y amamos

II

Casa de mentiras es donde habito
aquí aprendo el color que tiene el disimulo
su frialdad
reflejo cóncavo y oscuro
sílaba que encierra la clave
en el laberinto de su cerradura


III (Para el brujo)

En el lenguaje del cuerpo
no existe la Utopía
sólo existen los cuerpos nada más
buscándose uno a otro desesperadamente
mientras las manos y todos los sentidos
hablan o callan
su propio lenguaje.

Friday, November 10, 2006

Y ella obediente se abrazó a sus rodillas y brotaron rosas.

No sé si volveré. No sé con quién me voy a encontrar.
En el vado, el hombre desconocido toca, en su barquilla,
su laúd. (Rabindranath Tagore)


Cántico (del libro: Este silencio, siempre)

Vuelvo a mi antigua soledad. A solas voy porque ella es parte
de mí desde todos los comienzos. Voy a tomar limoneros de los
patios de antaño, ciruelos maduros al caer el alba y a transitar
los senderos de una niñez perdidos detrás de los guayabos y el viejo
dividive. Sentiré la nostalgia de seres que no olvido. Sé que no
debo asumir actitudes vacilantes porque la luz volverá del frío
a esta hoguera.
He visto desde aquí que nada nuevo ha sucedido en los tiempos.
Sólo este espíritu divaga sobre las catedrales, anda loco
detrás de los vientos y se queda extático ante el río. Yo
lo dejo, aún debo seguir este viaje interminable.
T.C. (Venezuela)




QUIZÁS NADIE VENGA, de Alberto José Pérez (Venezuela)

Quizás nadie venga a mi tumba
a buscar el poeta que seguiré siendo

eso estará bien

si han de buscarme
que lo hagan en el sonido
de las palabras de nuestra lengua
en las tolvaneras de las sabanas de mi tierra
en las olas del río de mi pueblo
estaré complacido si así ocurriera
pero como estoy aquí todavía
sin que me importen
mis angustias y dolores
levanto la mirada
y se van mis ojos
mis pequeños ojos
como una carta urgente
procurando unas manos que me acaricien
o terminen de matarme
ahora
que a nadie interesa
la belleza del honor.


CONTRAPOEMA ( a Daniel )

Muchacho mío
loco y atolondrado
que recuestas a las mujeres
sobre el sofá y no esperas que se
quiten la ropa
se las arrancas a dentelladas
casi con odio
pero igual vas directo
allí donde tú quieres
donde sabes que ladra la loba
con sus aullidos
después un manotazo
fuera
y al carajo

T.C 7.11.2006



LA DESNUDEZ DE LA EXISTENCIA

(Poema de Roberto Bianchi- Uruguay)

Por eso me quedo urgencia de aire
reparación de la tragedia
soledad de una trama descompuesta
en la larga fila de hombres fatigados

Por eso me faltan nada más que rostros
bebo un hondo trago de salud
persigo mariposas que revelen
las luces de una nube blanca

por eso nada más entre mis uñas
en este despilfarro de caminos
que el pedazo de tierra donde planto
alguna que otra almendra de mis labios

por eso cuando muchos matan savia
aspiro al equilibrio en los pretiles
visitante austero de los libros
peregrino de bocas y colmenas

en la última sal de la congoja
débil viviente de algún trance
apuesto a recordar la desnudez
término y principio de lo cierto



De: DANIEL MONTOLY

"No vayas a ningún lado sin mi.
No dejes que nada suceda en el cielo aparte de mi".
Rumi)

Me dejas el corazón sumido en lágrimas
igual a un espejo fragmentado
te lo ofrezco. ¡Oh amor, perdido!
Volveremos a encontrarnos
cuando al volver la brisa antigua
humedezca mis labios
con tus plumas perfumadas
y mis manos abiertas como flores
esperen viendo en ti la llovizna
que las redimirá de sus tormentos.
¡Oh amor, perdido!
Déjame asirme de tus brazos,
y apoyado en tu incandescente sombra,
danzar, danzar, imitando las gaviotas,
descubriendo en esa danza tu presencia.
(Rep. Dominicana).

Sunday, November 05, 2006

Poema de María Mercedes Carranza

Del Libro: Tengo miedo, del Volumen "Poesía completa y cinco poemas inéditos"; edición en homenaje a la escritora, en el primer aniversario de su muerte (11 de Julio, 2004).

Poema de Amor.

Afuera el viento, el olor metálico de la calle.
Ya dentro, va dejando todo lo que lleva encima,
primero la cartera y la sonrisa;
se deshace de las caras que ese día ha visto,
los desencuentros, la paz fingida,
el sabor dulzarrón del deber cumplido.
Y se desviste como para poder tocar
toda la tristeza que está en su carne.

Cuando se encuentra desnuda
se busca, casi como un animal se olfatea,
se inclina sobre ella y se acecha;
inicia una larga confidencia tierna,
se pide respuestas, tal vez tiene la mirada turbia;
separa las rodillas y como una loba se devora.
Afuera el viento, el olor metálico de la calle.

Thursday, November 02, 2006

Literatura epistolar (Cartas a Isabel)

3 de Abril 2006 ¡Mira qué rápido va el tiempo, cara amiga! De él no sé, con tantas preguntas que han quedado sin responder y que no responderá, según actúa siempre. Durante más de tres años yo soñaba que construía la pareja perfecta, delimitada por la poesía, un hombre, una mujer, como signo de perfección para acunar el Amor. Este ideal de la mujer y el hombre es lo verdaderamente grandioso sobre la tierra, en esto creo; más no todo es así y surgen grandes contradicciones entre lo que es considerado ideal, y no lo es. Luego vino el silencio y devoró toda palabra, llenó la boca de la mujer con agua de sal ácida; ella se fue porque miró hacia atrás y ahí quedó, mirando, mirando cuando las rosas eran esparcidas sobre el fuego sagrado de los dioses. Yo después vi un río oscuro a mi diestra y los caminos cerrados por orlas de azufre como si fuera el infierno a mi paso y seguí. Luego aquí estoy, describiendo la tempestad que viene de adentro, helada y cruel por un camino sin refugio. Él no existe, fue otra mentira de Lou que construye los sueños y los esparce por la vida para cambiar la realidad. Ahora sigo sin entender cuál realidad es la que vivo; cuál la que sueño. Me llamo Lou, ¿o es que acaso ella no ha muerto?
Entonces, ¿quién soy realmente? La memoria perdida no me deja recordar quién soy en verdad, pero él: ¿quien es?.

PD: Intentando, brujito, intentando...

De Enfocarte, este poema de Claudio Rodríguez

ADIÓS


Cualquier cosa valiera por mi vida
esta tarde. Cualquier cosa pequeña
si alguna hay. Martirio me es el ruido
sereno, sin escrúpulos, sin vuelta
de tu zapato bajo, ¿Qué victorias
busca el que ama? ¿Por qué son tan derechas
estas calles? Ni miro atrás ni puedo
perderte ya de vista. Esta es la tierra
del escarmiento: hasta los amigos
dan mala información. Mi boca besa
lo que muere y acepta. Y la piel misma
del labio es la del viento. Adiós. Es útil
norma este suceso, dicen. Queda
tú con las cosas nuestras; tú que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.

Poema de Daniel Montoly

ENTRE LOS CAUCES DEL MIEDO.

¿Qué trae el viento
con la teogonía del reloj de octubre?
¿Por qué los cuerpos
se desvanecen en la fotografía de sus ojos?
Sin barcas del otro lado
del infierno,
sin rastros o rumbo del cielo
de las escrituras.
Alucinados estrechan lazos con la tierra,
buscando guarecer sus formas
del azar o de los gnomos,
pero nunca escapan
del mecenazgo de la sombra.

Daniel Montoly © 2002

www.danielmontoly.blogspot.com