Sunday, November 19, 2006

OJO DE BUHO-----------------------teresa coraspe

DANIEL MONTOLY, ( República Dominicana)



Nos detenemos en una poesía que ha venido emergiendo por

etapas; diferente en cada recorrido, con una fuerza indetenible

donde la vida está inmersa y entrecruza con la imagen escondida

en algún baúl de sorpresas, que vamos encontrando al revisar en

forma minuciosa las numerosas páginas donde le han publicado

a este poeta dominicano, que desde hace varios años vive en los

Estados Unidos; y que siempre guarda la nostalgia del país donde

transcurrió su infancia. “Entre los cauces del miedo” es un poema

que de alguna manera me acercó a sus escritos, era diferente a

los pocos que había leído hasta entonces de Daniel, quizás fue la

atracción por los relojes, esa mirada hacia el tiempo, esa lectura

que tiene “la teogonía del reloj de octubre” cuando el poeta interroga
al viento en una atmósfera marcadamente irreal.

Enigmática es la poesía de Daniel Montoly, y lo es mucho más

cuando intenta penetrar los laberintos de la noche, y su pie

descansa en el umbral de las tabernas rodeado de un ambiente inhóspito,

ahí está él, interrogando a las sombras, dándole vida

a los recuerdos a los laberintos perdidos de la nostalgia; tratando

de buscar en los cafés algún vestigio del espíritu de Kerouac,

Ginsberg y muchos otros “extasiados de marihuana y cervezas”.

Aparecen imágenes transfiguradas de alguna otra realidad,

“pobres ornamentos de la nostalgia”, papel que siempre juega el

destino del poeta, como perderse en la abstracción, en el otro; ese

que nos mira y recrimina, que no sabe de ocultamientos, y Daniel

revela un rostro que se mira a sí mismo, nos regala flores de la

noche negra y blanca de la poesía, con imágenes de una extraña

belleza; ese licor amargo y dulce de la verdadera creación poética.



Ojo de Buho, guardían de la oscuridad, atento al tiempo y su

paso nos sumerge en esta lectura; poemas sueltos que andan por

ahí, quizás al azar, quizás no; nunca sabremos el designio de

las profecías que vienen desde las edades hasta nosotros los

mortales.



POEMAS DE DANIEL MONTOLY



ENTRE LOS CAUCES DEL MIEDO



¿Qué trae el viento

con la teogonía del reloj de octubre?

¿Por qué los cuerpos

se desvanecen en la fotografía de tus ojos?

Sin barcas del otro lado

del infierno

sin rastros o rumbos del cielo

de las escrituras.

Alucinados estrechan lazos con la tierra,

buscando guarecer sus formas

del azar o de los gnomos,

pero nunca escapan

del mecenazgo de la sombra.



Dos fragmentos del poema: FLORES DE VÉRTIGO
que puedes leer completo en: www.danielmontoly.blogspot.com




No fue hasta ayer mientras llovía a cántaros,

cuando logré descubrir de súbito la puerta:

las bisagras oxidadas olían a soledad legible.

Pobres ornamentos de la nostalgia.

Renegridas y sangrantes

como la identidad de los días en desuso

que gotean, mientras legiones de fantasmas,

emergen conquistadores de la noche…



para continuar:

Abandoné el café, “oliendo a flores de Kansas”

como escribiera Ginsberg. Borracho, andrajoso

y cansado de llevar el hedor de un cuerpo

y un nombre ineludible a la animadversión de la muerte

y excomulgado del todo.



LA RITUALIDAD DEL CÍRCULO



“ Soy incapaz de enternecerme con los vegetales”

-Charles Baudelaire-


El péndulo, frágil titubea

por la velocidad del viento.

la llama ineludible

lame el verdor de la aurora

con sus labios perennes

como presagio del silencio


Todo nace para ser eterno

y en su inmortalidad

la palabra muerte es una duda

en la mecánica del círculo.



CRÓNICA DE COTIDIANIDAD

(2003)


Los lunes si hay llovizna

llego cansado


Sin proponérmelo;


prendo la televisión

mientras huelo pachulí

de gatos en los rincones

Y mi mujer pone su rostro

de hipoteca atrasada.

Simulo ser un estúpido,

cantando una canción del setenta

con algo de marihuana

y cervezas, y algunos versos

de Charles Bukowski.

hay que ser cínico para vivir

en este podrido mundo,

se debe leer en el inodoro

las crónicas, las reseñas, el obituario

para relajar el ano y los músculos

trogloditas, cansados

por tantas secreciones políticas

de quienes roban a los obreros

para alimentar con sudor y sangre

a una maldita hoguera .*



CANTO DE UN DIVORCIADO

I

ME GUSTA CUANDO

me abofeteas. Tal

como una tromba femenina

me dices: " Esta noche

vas a dormir en el viejo sofá".

Yo no protesto.

Me quedo ahí dócilmente. Lo sé:

Más tarde me despertarás

con ganas de hacer ruido.

II

No tuve que ser inteligente

para saber quién eras.

Ver moverte esa noche,

bastó.


"Puedes conocer a alguien

con solo verlo caminar".

-Dijo mi madre alguna vez.


yo me ahorré, el salir de caza,

te conocí en una iglesia.

III


Sé, que estás por llamarme misógino…

Pero, anoche no opinabas lo mismo

a juzgar

por el volumen y frecuencia

de tus gemidos…


IV


Cuando te quedabas

a dormir en la casa

mi hijo fisgoneaba en tu sostén.

Por esa razón

no sobrevino respuesta

a tus insultos.

V

glamorosa y sexy.

Las mini, las tacones rojos,

el gorrito de enfermera

me gustaron, y aun más

las esposas, pero, más que la sorpresa

que dejaste para el postre.

1 comment:

Gabriela said...

Hola, Teresa y Daniel, que olvidado sin querer lo tengo.
Muy lindas tus palabras de introducción para conocer no solo la poesía, sino también al poeta.
Un placer leer los poemas de Daniel.

Besos a ambos.

Gabriela Abeal