Saturday, July 24, 2010

EL LIBERTADOR...


NACIDO MAÑANA

Silvio Orta Cabrera
Escribo esta nota porque en 1783, en fecha como la de mañana, sábado 24 de julio, pero en jueves, nació el ciudadano Simón Bolívar. El suceso ocurrió en una Caracas señalada para altos designios desde cuando sus pobladores, reunidos en cabildo hace 200 años, proclamaron su voluntad de ser libres, en una nación independiente y soberana, lo cual ratificó en 1811 la mayoría de los demás venezolanos representados con pluralidad en el primer congreso nacional.
Eran tiempos en que cabildos y congreso se alumbraban con moral y luces, y en sus reuniones debatían con densidad y altura ediles y diputados entre los cuales no eran pocos los sabios e ilustrados –Roscio, Múñoz Tebar, Coto Pául– que, por lo mismo, declararon a aquellas dos como las primeras necesidades que debían atenderse a fin de construir repúblicas donde la paz, el respeto a las leyes democráticas y la suma de la mayor felicidad posible fuesen la meta de los gobernantes.
Murió Bolívar, por vez primera, el viernes 17 de diciembre de 1830. Murió por causa natural según diversos testimonios personales y opiniones científicas confiables, cuando apenas contaba 47 años, edad escasa incluso para la época, por lo que se le atribuye el sino de la temprana muerte de los románticos, en su caso debida a la llamada “enfermedad romántica del siglo XIX”.
En su agitado estar entre nosotros sufrió varios atentados por causas de índole diversa, que incluyen pasiones de amor y su pasión de libertad. Entre ellos se cuentan el de Jamaica, en 1815, el de El Rincón de los Toros, Guárico, en 1818, y el bogotano del 25 de setiembre de 1828. De todos pudo escapar con vida y a todos pudo verlos con naturalidad pese a la diversidad de momentos en que sucedieron, pues todos cabían en lo que en ejercicio de su libre albedrío escogiera como su vivir.
Hoy día, sin embargo, vuelve a ser objeto de un especial atentado cuyo momento cúspide, hasta ahora, lo constituye su reciente exhumación, una segunda muerte, acción entre circense y ocultista que en vano intentan justificar sus perpetradores agitando oropeles bicentenarios, ofreciendo áureos sarcófagos y compitiendo en tan desaforadas como farrucas expresiones. Mas a nadie escapa que se trata de otro ocultamiento de la ineptitud , la corrupción y las pudriciones que la adicción al poder totalitario han inflado hasta el punto del reventón.
Bolívar no necesita desagravios. Se basta a sí mismo. Lo mejor de sí mismo, escapará con vida renovada al atentado en muerte que cometen los parásitos de su gloria. Para ello, atentos al reclamo del momento histórico, debemos potenciar la unidad nacional y así alcanzar una victoria significativa el próximo 26 de setiembre. Significativa porque marcará el retorno y puesta en futuro de aquella voluntad de ser libres en una nación próspera, independiente y soberana, proclamada hace doscientos años por legisladores honestos, sabios e ilustrados. Entre ellos, el ciudadano Simón Bolívar, nacido mañana.
Cumaná, Miércoles, 21 de julio de 2010
El Tiempo, viernes 23 de julio de 2010.

Friday, July 23, 2010

EL OJO DE LOS ROJOS, Argelia Ríos


(Enviado por el Profesor Silvio Orta).

Difusión para conservar la Democracia y la libertad. tc.


Argelia Ríos // El ojo de los rojos

Los ciudadanos deben comenzar a mirarse del modo como los miran sus secuestradores.Con todo el poder en sus manos, los miembros de la nomenclatura bolivariana -y su hiperlíder-
no se sienten empoderados. La resistencia de la sociedad venezolana les impide sentirse seguros
del control que han conseguido ejercer. No es temor exactamente lo que manifiestan: aunque puede
haber una dosis de susto -porque el país le ha mostrado el pecho durante once años-, lo que les mueve,
lo que les estimula, es el afán por reforzar y consolidarse en el poder.El reforzamiento que procura el elenco rojo busca reducir el factor de riesgo que le representa
esa enorme masa de ciudadanos a la cual no se ha logrado oprimir. Si bien todos reconocen que en
la calle gravita el sobresalto, no creen haber logrado el objetivo de degradar el espíritu ni la consistencia,
cada vez más espesa, de la crítica. Lo que se han propuesto es sembrar la pusilanimidad de la nación,
que se mantiene levantisca y que, poco a poco, parece acercarse a una crucial encrucijada: ésa en la
que aparecerán, inevitablemente, nuevas manifestaciones de rechazo al comunismo: expresiones
menos tolerantes, y más radicales, frente a la imposición en Venezuela del modelo comunista cubano.El clan revolucionario conoce bien lo que tiene enfrente: y lo conoce mucho mejor de lo que la resistencia
se conoce a sí misma, convencida como ésta se encuentra de que sólo tiene en su haber una ristra
de experimentos fracasados, o incompletos, según se le vea. Los secuestradores del poder intentan blindarse
porque no desestiman lo que el país, en cambio, suele subestimar permanentemente: la potencia devastadora
de su resistencia firme y terca, aunque ella haya atravesado un período de pasividad, rayano en la conformidad
y la anuencia.El poder toma el abuso como precaución, e intenta evitar la eventualidad de un giro que, de ocurrir, produciría
un definitivo choque de trenes. Una suerte de guerra asimétrica, en la que los venezolanos -reconociendo
su poder y decididos a ejercerlo- conseguirían constituirse en una auténtica amenaza para la revolución. Sólo
entonces los postulantes del modelo cubano sentirán genuino temor a los ciudadanos, que, negados a navegar
hacia "el mar de la felicidad", les colocarán en el escenario de repeler con represión sostenida una nueva ola
de protestas callejeras.Son tiempos duros los que se avizoran. La revolución lo reconoce y actúa para lograr la rendición
de los venezolanos. Pero la sociedad aún está a tiempo de negarse. Cuando ella se reconozca
a sí misma como una fuerza poderosa, sucederá el giro que la nomenclatura roja ya intuye...
Los ciudadanos deben
comenzar a mirarse del modo como los miran sus secuestradores: como una masa gigante,
viva, enérgica, con capacidad y valor para definir el destino que desea darse.

Sunday, July 04, 2010

Texto de NELCIA CIACCIA, (Tallerista en el Museo Soto)


A QUÉ HUELE…

La emoción de nuestra llegada a visitar la familia paterna, transcurre entre alegrías y sorpresas pero empezaba a surgir aquel olor característico que nos invitaba a sumergirnos en él, para descubrirlo.
Observar a mi hermana con sus gestos faciales propios de su edad rechazar el aroma que percibíamos; era lo que indicaba, que habíamos llegado.

Ahora, cierro mis ojos y atraigo ese olor a mi olfato para tratar de buscar la semejanza con otro y solo puedo decir que huele a una mezcla extraña como viejo, pero fresco y a un aroma que desprende la comida, pero no le llego… A qué huele…

Muchas veces para recordar esos momentos y retroceder en el tiempo, lo invoco y logra transportarme. Allí estoy, entrado por esa puerta de madera con cerradura desgastada; bajo un escalón y me recibe ese aroma a familia, sigo penetrando en mis recuerdos y entro a la cocina, ver a mi abuela con su traje largo marrón de tela gruesa, muy gruesa por el frío, su pañuelito en la cabeza combinado con su tez blanca, está riéndose, sus manos con venas pronunciadas y de las que dicen lo mucho que han trabajado.

Me asomo por una pequeña ventana y observo el huerto verde muy verde y ese olor que me persigue pero me gusta porque me siento allí con ellos.
Ahora quiero quedarme con ese olor y mis vivos pensamientos, ya no quiero saber a que huele porque se puede acabar el encanto del recuerdo.

Nelcia Saccia, Ciudad Bolívar-Venezuela, Talleres en el Museo de Arte Moderno "Jesús Soto", dictado por Teresa Coraspe, Junio, 2010.