EL NACIONAL - Sábado 14 de Abril de 2007
Papel Literario/8
apuntes de Montserrat Fillol
( ... relaciones virtuales
Cada vez vemos con más normalidad relacionarnos a través de la red.
Eso que antes nos parecía tan trivial como era tomar un café con un amigo para entrar en confidencias, ahora lo hacemos a través del chat, ahorrándonos desplazamientos y por supuesto, el café. Sin embargo, tal naturalidad también conlleva una pérdida. Me refiero a que el interponer la tecnología en medio de las relaciones humanas también tiene sus riesgos. Evitamos el contacto visual, no leemos la gestualidad de la persona, no sabemos si esa persona mientras nos contesta está haciendo varias cosas a la vez, tampoco sabemos si guardará en un archivo tal confidencia para releerla más tarde. Con lo cual estamos en una dimensión de relaciones distinta en la que también se establecen formas distintas de "conectar". Me refiero a que para los chateadores la esfera íntima no tiene las mismas barreras, es más, estoy por creerme que no hay barreras y se va directamente al grano. Si buscas sexo obtienes una respuesta rápida y con guiños o sin él; si quieres reconvertirte o renovarte, mentir como un bellaco o bellaca y ser otro, hay está el mar blanco para que así lo expongas. Se valora la escritura automática más que otra cosa.La escritura que brota del inconciente de manera arrolladora. Y esa corriente precisamente rompe con el esquema tradicional del romanticismo en su guión más puro: química, seducción, conocimiento, e intercambio amoroso o amistoso. Lo primero que surge es lo que vale. ¿Qué diría James Joyce si despertara? ¿Sería un chateador furtivo, o se transformaría en su alter ego? ¿Presumiría de su potencial literario para captar a alguna navegadora desasosegada? No lo sabremos nunca, quizás afortunadamente. Pero tampoco sabremos cuánto talento desaprovechado se está perdiendo en el ciberespacio.Cuanto poema anónimo o cóctel de letras ha seducido, animado o hecho estragos. He leído y escuchado frases memorables ininteligibles salvo para sus interlocutores. Así la palabra se pone a disposición del gesto. Entramos y salimos de esa dimensión cada vez que navegamos. La información es lo de menos, lo que importa es el gesto, el soplo que mueve la balsa. La tiranía mcluhiana del medio. Somos parte de la Red en la medida en que la necesitamos para comunicarnos de una manera global. En este sentido algunos teóricos como Paul Virilio (se puede googlear y leerlo en la Red) hablan del tiempo global. Un tiempo universal donde todo ocurre más allá de todo espacio local o nacional.La historia personal y la social ocurrían en tiempos limitados, geografías limitadas. Así hay tiempo y no tiempo, hay construcción de información y destrucción, hay relaciones en la Red y no relaciones basadas en las obstrucción de los sentidos, perdida del control sobre lo racional y lo que no lo es. Paul Virilio va mucho más allá y habla de una bomba electrónica que afectará a las sociedades. Nada para alarmarse sino más bien para ser cautos con la deslocalización del capital, blanqueo y crimen organizado desde la red, las burbujas financiera del consulting, etc. Así que llevamos la prótesis a cuestas. Pero qué relación hay entre un tímido chateador en busca del amor virtual de su virtualísima vida y cibernarco que ambos comparten la misma flotabilidad, la misma tiranía de la araña que nos lanza sus hilos inocentes como si no fueran nada.Es posible que esa ciber emoción ya no sea lo que ellos creen que es, sino otra cosa. En el fondo da igual, las líneas virtuales están abiertas para recorrerlas. Estamos dispuestos a sacrificar "lo que antiguamente tenía cierta autenticidad emocional en aras de la intensidad que estalla en el cristaal líquido". Es cierto que es una emoción única y sólo se da dentro de la red, "cosas del chat". Estamos dispuestos a dejarnos llevar por esa emoción que nos ofrece la inmediatez de la escritura automática o del instinto.Nunca la palabra había estado acompañada de tal corte de efectos, guiños, sonidos, zumbidos. Nunca la palabra se había deformado tanto en su sentido y peso. Cruzamos el planeta para volcar emociones esperando recibirlas, volcamos y volcamos. Abrimos surcos a una velocidad abismal. Pero hasta qué punto tal velocidad es irreal y nos somete a falsear el tiempo.¿Llegaremos a ser viejos en la Red?
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