En esta casa no miro el cielo. Miro la dura extensión que me
circunda, escucho lejos batallar el viento. Sus límites me
marginan de lo abierto. Es una casa cerrada, nada en ella
se revela. No hay espacios ni columnas ni aleros donde aniden pájaros inquietos.
Una casa desnuda sin el hondo temblor de lo secreto. Me pego de sus muros, de su olor a desierto. Es mi casa.
Todavía quedan labios, ojos que miran las cosas. Quedan los brazos
alzados en un intento de vuelo. Queda el sexo palpitante, húmedo
todavía. Y este caer del rocío en la secreta espesura de mi bosque
ya desnudo.
Estoy en un sitio sin salida. Un sitio tapiado por todos los costados.
Estoy en un sitio vacío, sólo conmigo adentro. Afuera la eternidad de
los espacios. Esto aquí cerca por el tiempo, horas desprendidas de
invisibles alturas. Estoy aquí en silencio con los ojos abiertos hacia
la oscuridad.
Nos dejó, entre otros: Ana Isabel una niña decente; Crónica de las Horas;
Textos del desalojo; Los insulares; El largo día ya seguro; Una plaza ocupando
un espacio desconcertante; Ese oscuro animal del sueño.
3 comments:
Esa casa me hizo acordar un poco a "La gata"...tiene fuerza, "El hondo temblor de los secretos"
Saludos Gabriela.
Sí, Gabriela, he estado probando cómo colocar más de dos ilustraciones en el blog y se me repiten; lo cierto es que tuve tiempo para los poemas de Antonia Palacios, que me apasionan...y para colar uno del 2004 de mi libro: Éxtasis del Mar.
Gracias por estar y dejar la huella de tu paso. Un abrazo amiga. T.
Me gustó mucho esa selección de los poemas de Antonia, una pluma con exquisita sensibilidad y mensajes profundo.
Un abrazo
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