Saturday, March 27, 2010

BAJO LA LLUVIA Y LA MUERTE: Luis Felipe Rojas


Del blog: Cruzar las Alambradas (Periodismo Independiente)


En medio del sopor y la desgracia, el día en que se velaba el cuerpo de Orlando Zapata Tamayo el cielo se abrió sobre el pueblo de Banes. No hizo más que caer la tarde y las nubes se acomodaron solitas para empapar el humilde barrio que está pegado al cementerio La Güira.Un patakín (leyenda) de la religión Yoruba dice que los orichas le dejaron al hombre un regalo: la lluvia, la lluvia sobre los ojos. Es por eso que siempre llueve cuando alguien muere.Esta vez llovió en la noche banense, holguinera y cubana. Los ojos se llenaron de lágrimas por la impotencia y el dolor por el hermano que se iba, pero aún así, al otro día, cuando cantaron los primeros pájaros del alba un constante aguacero limpió las calles de Banes. Fue el primer chaparrón en muchos meses.Los muertos empezaron a salir de los calderos de Reina Luisa Tamayo Danger para acompañar el cuerpo del negro Zapata hasta el viejo cementerio de La Güira. En otras partes del oriente cubano rompió a llover bien temprano.Cuando escampó sobre la media mañana, Cuba tenía un rostro distinto.Zapata se iba con los enfumbis (muertos) a correr por los trillos que desbrozó cuando niño.

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3 comments:

Gabriela said...

Qué pena que en el siglo que estamos el ser humano siga intentando no serlo...
Se que te golpea profundo...te mando un cariño grande... De visita llegando aquí la medianoche.

Gabriela.

teresa coraspe said...

Todo me golpea este tiempo, Gabriela, creo que este mundo no es para mi; no me agrada como todo transcurre con normalidad, hasta la muerte misma: no la que es natural, sino la que nos imponen. Un abrazo amiga. Tere.

Gabriela said...

Siendo las 7 de la mañana del viernes Santo...antes de salir para ocuparme de un evento... Te leo un rato y deseo que tengas un buen fin de semana, donde volvamos a sentir que vivir vale la pena, que en algún momento realmente tengamos libertad, democracia, no lo que nos hacen creer.
O sea volver a honrar la vida...
Un abrazo...

Gabriela.