Será tal vez el alma lo que duele
porque siendo verano paso frío.
Como una gota se cayó y rodó
mi alma en la escalera de un altillo.
Ayer estaba alegre y contagiosa.
Hoy mi ojo triste en el espejo espío.
Por la salud de todas tus amantes
hago sonar mi copa contra el piso.
¡Noches de amor y ni una medianoche!
Las penas se me van con los vestidos,
mi maldición en balde y el veneno
que bebo de mi cáliz los domingos.
¡ Rodó la gota por las escaleras !
No se me pasa el alma con suspiros.
La pena es ese pájaro que trina
sobre una rama y canta, a Dios, divino.
II (Poema)
II (Poema)
Recuerdo el viento eterno de otras tardes.
Tocando castañuelas prodigiosas
le daba larga cuerda a mi niñez.
Yo le pasaba alegre mis cabellos, mi falda, y él, jugando,
se los daba al perro que ladraba tras de mí.
Correr, reír, morir de golpe sobre el liso pasto,
la colina aquella, el verdadero mundo a la intemperie,
en donde el sol echaba mil monedas.
Después, de flores sucia todavía,
volver a la casona mansamente.
Mi voz quedó colgada de las ramas.
Mis ojos se vaciaron en garúas.
También perdí mi nombre.
Nada! Nadie! Soy yo sin la niñez de mi alegría.
Delfina Acosta
Paraguay - 1956
Delfina Acosta
Paraguay - 1956
1 comment:
Escribe muy bien Delfina... He leído muchos trabajos de ella.
Me gustaron muchísimo.
Gabriela.
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