Sunday, January 09, 2011

Czeslaw Milosz, poeta polaco, Premio Nobel de Literatura.


Elegía para N. N.

Si es demasiado lejos para ti, dilo.
Habrías podido correr sobre las pequeñas olas del Báltico,
atravesar el campo de Dinamarca, la floresta de hayas,
virar hacia el océano, y ya está, cerca,
el Labrador, blanco en esta estación del año.
Tú, que soñabas una isla solitaria,
si temes las ciudades, el parpadeo de los fuegos sobre las autorrutas,
habrías podido tomar el camino de los bosques sordos,
sobre torrentes revueltos y azules, y rastros del ciervo y del reno,
hasta las Sierras, hasta las minas de oro abandonadas.
El Río Sacramento te habría llevado entonces,
por entre las colinas recubiertas de encinas espinosas.
Todavía un bosque de eucaliptos, y estarás en mi casa.

Es cierto, cuando la manzanita florece,
y la bahía es azul en las mañanas de primavera,
yo pienso a mi pesar en la casa entre lagos
y en las redes recogidas bajo el cielo Lituano.
La cabaña donde te despojabas de tu traje antes del baño
se cambió para siempre en un cristal abstracto.
Y en él está la oscura miel de la tarde, junto al balcón,
y las pequeñas lechuzas, graciosas, y el olor de los arneses.

Cómo podíamos vivir entonces, yo no puedo decirlo.
Las costumbres, los trajes, vibran imprecisos,
inconsistentes, tensos hacia el final.
Es tal vez que pensábamos en las cosas tal como son?
El saber de los años fogosos ha enrojecido los caballos ante la forja,
y las pequeñas columnas en el mercado de la aldea,
y los peldaños de madera y la peluca de Mamá Fliegeltaub.

Mucho hemos aprendido, tú bien lo sabes:
cómo nos es quitado, cosa por cosa, todo aquello que no podía ser,
la gente, las comarcas.
Y el corazón no muere cuando uno creyó que debería,
pero sonreímos, el té y el pan sobre la mesa.
Sólo el remordimiento de no haber amado como se debe
esa pálida ceniza de Sachsenhausen
con un amor absoluto, que no está a la medida del hombre.

Tú te has acostumbrado a nuevos inviernos, húmedos,
a la ciudad donde la sangre del propietario alemán
fue raspada de los muros, y a donde él jamás regresó.
Tampoco yo he llevado más de lo que podía, ciudades y país.
No se puede entrar dos veces en el mismo lago,
sobre hojas descompuestas de abedul,
y quebrando una estrecha estría de sol.

Tus faltas y las mías, no fueron grandes faltas,
tus secretos y los míos, no eran grandes secretos.
Cuando te anudan la mandíbula con un pañuelo,
cuando te ponen una cruz entre los dedos,
y a lo lejos un perro ladra, brilla una estrella.

No, no es porque estés tan lejos
que no has venido el otro día, la otra noche.
De año en año madura en nosotros y nos invadirá,
yo, como tú, lo he comprendido: la indiferencia.

Berkeley,1963

Versión de William Ospina

6 comments:

Gabriela said...

Qué belleza de escrito, Teresa...
Y dónde andas Teresa amiga.
Te mando un abrazote desde este veranito marplatense que nos mantiene ocupados a diferentes horarios.

Besotes mil, Gabriela.

teresa coraspe said...

Ando en el mundo del triste, Gabi, no creas me olvido, aún recuerdo todo, gracias a Dios, y tengo pendiente los poemas eróticos. Le hice un prólogo a R. Bianchi, de su buen libro FRONTERAS, hermosa poesía, creo que viene en Junio a este país, organizo una actividad para él y su Movimiento aBrace. Ojalá todo se realice tal como pensamos, amiga. Siempre te recuerdo, aunque no lo creas te recuerdo día a día. Hace poco ví un Documental sobre los dinosaurios en América del Sur (Argentina,propiamente) y recordé tus paseos y viajes en moto. Debe ser maravilloso visitar esos museos ¿has ido tú? Nos seguiremos comunicando desde este inmaterial espacio ¿nada de Cuba? Un beso grande para ti y la estrella, saludos a Carlos. Tere.

teresa coraspe said...

Sí, Gabi, hermoso poema y se lo dediqué a un amigo cubano que siempre nombra en sus cartas a Milosz. ¿Sabes?, ese país me transmite demasiada tristeza. Creo que Cuba es una gran prisión, las rejas son el mar y el horizonte está amurallado por donde quiera que lo mires. Lo que no logro entender es mi afán de sentir tanto amor por ese pueblo humillado y por esa gente sumida en el abandono y la tristeza. ¡Tanta devoción en mi y tanto dolor! Bien, Gabi, sé que comprendes, amiga.

Gabriela said...

De Cuba quedé a la espera de noticias prometidas, pero nada aún...si hubieran llegado ya las tendrías en tu bandeja, pero nada de na.
Te entiendo todo...
No sé a qué museo específicamente te referís, pero si he ido a muchos y en uno que más muestras de esa época tiene es el que está en La Plata, que es para ir y recorrerlo con tiempo...El de Ciencias Naturales de aquí, está a pocas cuadras de casa y vamos seguido con Agui, está frente a la costa donde está el monumento a Don Quijote y Sancho panza.
Un súper abrazo gigante y me voy a dormir, mañana me toca trabajar de mañana.

Cismet said...

Teresa. Que buen poema. Y pienso en aquellos que no minados aún por la "indiferencia" recorren cuantos caminos verdes, acortando las distancias, motivados por la esperanza que anida en el amor.

Un abrazo.

Mercis

teresa coraspe said...

Gracias, carajita, (Mercis), ¡qué bueno y esperanzador el día de hoy! ¿Lo lograremos, lograremos traer al poeta?. Creo que si intentamos no perdemos nada, pero no intentarlo sí se pierde todo: la posibilidad de hacer. Y te envié la síntesis curricular. Luego me llamas para ver cómo todo va. Hasta pronto. T